Con machetes en mano, bomberos voluntarios cortaron los cañaverales para permitir su trabajo óptimo y el ingreso de sus máquinas de agua para sofocar el fuego intenso que consumía la maleza y que amenazaba con extenderse afectando así a viviendas antiguas ubicadas en la avenida Gregorio Albarracín, frente al colegio Cima en el cercado de la ciudad.
Con la participación de tres máquinas de agua, hasta el lugar se trasladaron quince bomberos para poder controlar el fuego que fue reportado pasadas las 18 horas. Vecinos del sector creen que personas de malvivir y «fumones» que ocupan este tipo de cañaverales para pernoctar, habrían ocasionado el inicio del siniestro.
Después de casi dos horas de arduo trabajos, los bomberos consiguieron controlar el siniestro, pese a ello la poca luminosidad del lugar impidió notar el grado de fuerza con el que se propagó el fuego. Tras el siniestro salieron a relucir diversos enseres en los cañaverales que prácticamente era usado como guarida de personas dedicadas al consumo de estupefacientes.