Los combates entre grupos rebeldes y leales a Gadafi se extienden por varios barrios de la capital libia.- Intensos choques en los alrededores del bastión del líder libio.- La OTAN asegura que el régimen se desmorona
Ciudadanos de Trípoli celebran la entrada de las tropas rebeldes
Los rebeldes han entrado en el corazón de Trípoli y ya controlan buena parte de la capital libia. Miles de personas han celebrado su llegada en diversos barrios de la ciudad. Tras la intensa lucha de esta madrugada, los combates continúan sobre todo en torno a la residencia del líder libio, Muamar el Gadafi. Cientos de combatientes rebeldes avanzan por Trípoli hacia la céntrica plaza Verde, según Reuters. No se sabe aún, sin embargo, dónde se encuentra Gadafi.
El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, ha explicado que solo un 10-15% de Trípoli continúa en manos del coronel Gadafi. El representante de los rebeldes en el Reino Unido, Mahmud Nacua, ha asegurado, sin embargo, que los opositores a Gadafi controlan «un 95%» de la capital y no pararán hasta llevar al dictador ante un tribunal. En declaraciones ante la Embajada libia en la capital británica, Nacua ha señalado que la oposición trasladará pronto la sede del Consejo Nacional de Transición Libio (CNT) de Bengasi a Trípoli.
Acorralada está también la familia del dictador. Saif el Islam, uno de los hijos de Gadafi, sobre el que pesa una orden de detención por parte de la Corte Penal Internacional, ha sido detenido por los rebeldes, ha confirmado hoy el tribunal. La Haya negocia en estos momentos con el gobierno de transición libio la extradición de Saif el Islam, informa Isabel Ferrer. Saadi y Mohamed, otros dos hijos del líder libio, también se encuentran detenidos, según Al Yazira. Mohamed, el hijo mayor, ofreció esta madrugada una entrevista a la cadena de televisión catarí después de entregarse a los rebeldes, pero la emisión se cortó con la detonación de unos disparos. El hijo de Gadafi salió ileso.
Se desconoce, sin embargo, el paradero de Muamar el Gadafi. Fuentes diplomáticas han asegurado a France Presse que el dictador libio se encuentra en su residencia, acorralada por los rebeldes. Los últimos dos días, sin embargo, se han multiplicado los rumores sobre una posible fuga del dictador. Algunos medios árabes habían apuntado que Sudáfrica podría facilitar la salida del líder libio. La ministra de Exteriores sudafricana, Maite Nkoana-Mashabane, no obstante, ha desmentido el envío de aviones de Sudáfrica a Libia para ofrecer una salida a Gadafi y ha asegurado desconocer dónde se encuentra el líder libio. La Unión Africana también ha dicho que no tiene planes de llevar a Gadafi al exilio.
Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, ha admitido también desconocer el paradero de Gadafi, al que ha pedido que deje de luchar para evitar un mayor baño de sangre en Trípoli. Cameron ha añadido que los rebeldes controlan «la gran mayoría» de la ciudad y que el régimen del dictador está «hundiéndose y en total retirada».
Última ofensiva
Conquistada la estratégica ciudad de Zauiya, 50 kilómetros al oeste de Trípoli y sede de una de las principales refinerías de Libia, decenas de insurrectos marcharon en sus camionetas hacia Trípoli, el bastión de Gadafi, donde esta madrugada se han registrado intensos combates. El líder libio se ha dirigido dos veces a la nación mediante grabaciones de voz en televisión. Su mensaje: resistirá hasta el final. «Temo que Trípoli va a arder», afirmó ayer Gadafi.
Los rebeldes están convencidos de que se trata de la última ofensiva para derrocar al dictador, seis meses después del inicio de la revuelta. Musa Ibrahim, portavoz del Gobierno, admitía ayer por la tarde que grupos de rebeldes habían entrado en Trípoli. Las agencias informaban de que los tiroteos habían alcanzado la zona donde está el hotel que alberga a los periodistas extranjeros. «La ciudad está bien defendida por miles de soldados profesionales y voluntarios. Todo está bajo control», aseguraba Ibrahim, quien añadió que miles de hombres y mujeres han recibido armas para combatir a los rebeldes.
Un portavoz del régimen libio indicó ayer, sin embargo, que habían muerto 1.667 personas y que los hospitales se encuentran desbordados.
En todo caso, Gadafi comienza a estar en una situación desesperada. A pesar de los reveses frecuentes que padecen los insurgentes, su avance se ha mostrado consistente en el oeste de Libia. En el este todavía se combate en la ciudad petrolera de Brega, que el Gobierno se resiste a abandonar porque es un enclave fundamental.
Participación de la OTAN
«El régimen de Gadafi está claramente desmoronándose. Cuanto antes Gadafi comprenda que no puede ganar la batalla contra su propia gente mejor», ha afirmado esta madrugada en un comunicado el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.
Todos esos avances habrían resultado imposibles sin la participación de la OTAN, cuyos aviones bombardearon ayer un aeropuerto de Trípoli y ayudaron a los rebeldes en su camino hacia las puertas de la ciudad. Los insurrectos dicen que también desde Misrata -200 kilómetros al este de la capital- cientos de milicianos se dirigen por mar hacia Trípoli. A partir de ahora comenzará a comprobarse hasta qué punto Gadafi goza de respaldo entre los dos millones de tripolitanos.
Muchos analistas consideran que el crucial papel que ha jugado la OTAN en las batallas en campo abierto o en zonas despobladas perderá relevancia cuando se trate de combates en una zona urbana, como Trípoli, donde además crecerá el peligro de causar muertes de civiles inocentes.
«Estamos coordinando los ataques dentro de Trípoli y las fuerzas en las afueras de la ciudad están preparadas para entrar», apuntaba Anuar Fekini, uno de los jefes militares rebeldes. «Si llamas a cualquier móvil en Trípoli», agregó, «escucharás el bonito sonido de las balas de la libertad».
Bengasi, capital de los rebeldes en el este de Libia, ha vivido esta madrugada un ambiente de delirio. Decenas de miles de personas han salido a las calles para celebrar las noticias que llegaban desde Trípoli. Cláxones, disparos de armas automáticas y gritos sobre el final de Gadafi han ensordecido el bastión rebelde.
«Masacre imperialista»
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha denunciado que el imperialismo de Estados Unidos y sus aliados de Europa están perpetrando «una masacre» en Libia con el fin último de hacerse de las riquezas petroleras de esa nación. «Eso es lo que están haciendo en Libia: produciendo una masacre» y excusándose en que lo hacen «para salvar vidas», ha manifestado el mandatario venezolano en un discurso televisado.
Ya en esa ocasión y reiteradamente en otras, el presidente venezolano ha acusado a Estados Unidos y a sus aliados europeos de estar «enloquecidos» por los recursos naturales y de buscar un nuevo sistema de intervención con la excusa de protestas populares.
Cortesía: El País