Clemente Flores Mamani a sus 77 años de edad no tenía problema para atender su tienda en casa, tenía por costumbre barrer la entrada y cruzar la pista para arrojar la tierra acumulada. Pero en diciembre de 2024, durante su quehacer diario fue arrollado por la motocicleta de placa 8189-FZ que lo dejó postrado en cama.
El conductor fue identificado como el suboficial de tercera PNP Juan José Choque Pilco, para quien Fiscalía ha solicitado 4 años y 8 meses de pena. El caso es visto como lesiones culposas y está en manos de la magistrada Jenny Laqui Alvarado del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria Transitoria de Flagrancia, que fijó nueva audiencia de juicio oral para el martes 14 de enero desde las 9:00 a. m.
El agraviado presenta parálisis parcial del cuerpo por fractura craneal, escoriaciones en ambas piernas y rotura de pelvis. El Hospital Hipólito Unanue lo dio de alta el viernes 10, siendo trasladado a su hogar en el distrito Gregorio Albarracín el sábado 11, pero debe retornar al hospital para control en el área de cirugía y traumatología el 20 y 30 de enero, situación que su familia cuestionó requiriendo atención médica domiciliaria al ser de sumo cuidado su estado, pues el mínimo movimiento le genera gran dolor. Al ser expuesto el caso vía Radio Uno; Eddy Vicente, director del nosocomio, mencionó la programación de citas está a cargo de la Red de Salud, pero aseguró que la atención será brindada, comprometiéndose de ser necesario él mismo realizar la visita.
A la fecha, la familia ha asumido el costo íntegro de medicamentos e incluso hasta una cama médica compraron, mientras que el policía no acepta su responsabilidad en el hecho, asegurando que otro era el conductor. Según la información, el referido – durante el juicio- dio el nombre de Wilber Curasi, un supuesto amigo de «pinchangas», pero de quien no supo brindar apellido completo ni dirección ni número telefónico.
Mencionar, que durante el accidente de tránsito ocurrido en avenida Soldado José Cruz Guerra, sector de Pampas de Viñani, testigos aseguraron que el acusado (en su día de descanso) manejaba la motocicleta a toda velocidad y tras ser intervenido, se conoció que dio positivo el dosaje etílico cuyo resultado arrojó 0.97 gramos de alcohol por litro de sangre. Además, el vehículo lineal no tenía SOAT.
