Hipólito Flores, viendo la ebriedad de Lidia Chata Vilca (38), la forzó para llevarla hasta su casa, pese a la negativa y gritos de ella. El hecho se registró después de la medianoche de ayer lunes, en el Comité 9 de la asociación 28 de Agosto de Ciudad Nueva.
Un grupo de personas habrían venido del entierro de un difunto, desde otro punto de la ciudad. Pero quisieron prolongar la noche. Decidieron movilizarse hasta Ciudad Nueva para continuar libando licor. Eran más de la medianoche.
Lidia Chata Vilca (38), con evidentes síntomas de ebriedad, se ganó el interés de Hipólito Flores Paredes, quien la empezaba a mirar con otras intenciones. En un momento dado, Hipólito Flores se acercó a Lidia Chata, conversaron, al poco rato empezaron a discutir, ya que él le propuso ir a su casa, en el lote 12, Mz 387 en el comité 9 de la asociación 28 de Agosto.
Hipólito habría forzado a Lidia Chata, a viva fuerza, para llevarla a su casa, cerca, aprovechándose de la mujer. Ella gritó pidiendo auxilio. Los vecinos de la zona primero se asomaron por las ventanas y puertas, para luego salir a la calle a suministrar auxilio a Lidia Chata e increparle su mala conducta a Hipólito, quien se vio obligado a dejar libre a la mujer. Cuando los vecinos quisieron detenerlo, Hipólito emprendió una rápida carrera para escaparse en la oscuridad de las calles.
Tras el telefonazo de los vecinos, los efectivos de Seguridad Ciudadana de Ciudad Nueva socorrieron a la mujer, que presuntamente pudo ser ultrajada por el vecino, en ese momento, ya fugitivo.
En un rápido patrullaje, los serenos lograron dar con el paradero de Hipólito Flores, para conducirlo luego a la comisaría de la P.N.P. de Ciudad Nueva.
Lidia Chata debió estar muy agradecida con los vecinos y serenos de Ciudad Nueva por evitarle un agrio episodio en su vida, pero en esos momentos su ebriedad le impedía expresarse con claridad. Sólo atinaba a lamentarse, según los testigos.