Nicolasa Cruz Ticona (67) es viuda y vive sola en su chacra. Cuando anoche preparaba su cena con leña, el fuego saltó para prenderse en unos maderos, para luego devorar la humilde casa a cenizas.
En su soledad, Nicolasa Cruz Ticona (67) empezaba a preparar sus alimentos en una cocina rústica a leña. Una lengua de fuego se escapó, prendiéndose a un madero de la humilde casa, construida de maderos, esteras, calaminas y bloquetas. En cuestión de pocos minutos el fuego se agigantaba ante la acongojada y desesperada mirada de la sexagenaria, atrapada en una cárcel de fuego.
Los vecinos de la anciana, en el asentamiento 5 y 6 de la Yarada, acudieron a combatir el fuego, echando agua por varios lados. Lograron, con arduo trabajo, poner fuera del fuego a Nicolasa Cruz, que tenía quemaduras.
Llamaron a los bomberos y a la policía. Dijeron que demorarían por la lejana distancia. Pero para suerte de los pobladores, un vehículo de Radiopatrulla llegó hasta la zona.
Pese a la rápida llegada de los efectivos de Radiopatrulla, la humilde casa era solamente un montón de ceniza. Entonces, la anciana fue llevada inmediatamente al Servicio de Emergencia del hospital Hipólito Unanue.
El médico el médico diagnosticó quemaduras de segundo grado en el 25% del cuerpo de Nicolasa Cruz, que fue internada.
La casa ahora es un montón de cenizas, tan grises como el negro episodio vivido por la humilde viuda Nicolasa Cruz, que vive sola desde su viudez, testimoniaron los vecinos.