Oscar Gerónimo Cabrera, exdirigente de las juntas vecinales de seguridad ciudadana cuestionó la forma de actuar de las autoridades que encabezan los comités distritales de seguridad ciudadana. Señaló que pese a los esfuerzos que realizan para combatir la inseguridad no se siente sus efectos y por el contrario se viene incrementando en Tacna los casos de robos, asaltos, feminicidios, entre otros.
Lamentó que las cámaras de seguridad ubicados cerca al centro de salud La Natividad, última institución afectada por la inseguridad, estén malogradas. Refirió que ese panorama se vive en muchos distritos, en donde pese a la importancia del uso de instrumentos tecnológicos, estos solo funcionan de manera limitada.
«En los lugares donde son más propensos para robos, donde hay bienes de valor deberían ser mejor resguardados, y el centro de salud no está muy lejos de la comisaría. Hacer un llamado a los vecinos vigilantes de La Natividad para que salgan más periódicamente, no manejen un rol de una vez a la semana, sino continuamente», expresó.
«Lamentablemente se colocan cámaras, solamente están en función unos días y luego se malogran, y lamentablemente no se puede determinar quiénes son los que delinquen, ni acceder a pruebas que nos permitan denunciar», añadió.
Mencionó que conjuntamente con los vecinos vigilantes, son las autoridades quienes deberían estar abocados a garantizar la lucha contra la inseguridad, indicando que las políticas de resguardo no solamente deberían estar en sectores de mayor visibilidad y promoción, sino en zonas alejadas donde la delincuencia viene ganando terreno, siendo este el caso del distrito Gregorio Albarracín.
«Solicito a la policía y a la municipalidad que hagan rondas en las zonas aledañas del distrito, en Señor de los Milagros y Viñani donde no hay seguridad, en el cercado si hay cámaras y apoyo pero en las zonas alejadas como Valle 2000, Viñani, y otros están un poco descuidados», añadió
Finalmente refirió que muchas autoridades consideran que combatir la inseguridad es dotar a los vecinos de chalecos, gorros, silbatos y sirenas, cuando la realidad es otra, aseverando que se debe contar con estrategias de respuesta.
