Edilberto Choque Alarcón (27) caminaba cerca de la plaza Juan Velasco Alvarado, eran más de las 8 de la noche. Aparentemente del lado oscuro de La Cachina salieron dos sombras que se acercaron sigilosamente y, con súbita violencia, uno cogió por el cuello a Edilberto Choque, mientras el otro delincuente logró robar de los bolsillos un celular y una billetera con 70 nuevos soles.
Hay zonas rojas y focos delincuenciales muy conocidos pero que, extrañamente, siguen siendo un peligro para la ciudadanía. A las 8 de la noche de ayer jueves, Edilberto Choque Alarcón (27), como cualquier transeúnte, caminaba tranquilamente entre La Cachina y la plaza Juan Velasco Alvarado. Sin embargo, dos ávidos ladrones se las ingeniaron para acercársele secretamente y, en un arrancado momento, lograron “cogotearlo”, ya que un malviviente los cogió del cuello, mientras su compinche robaba rápidamente los bolsillos. Cuando los ladrones soltaron a Edilberto Choque, quien se dio cuenta que los ladrones empezaron a fugarse con su celular y su billetera, continente de 70 nuevos soles.
El ciudadano víctima del robo caminó desesperadamente por esas calles, hasta que halló una patrulla de los serenos del distrito Alto de la Alianza. Les pidió socorro. Entonces dieron unas rondas por las zonas aledañas, con la mediana esperanza de encontrar a los ladrones y poder recuperar todo lo robado.
Pero sólo había oscuridad y otras sombras caminando apuradas en la noche, comerciantes salchipaperos y los comercios nocturnos habituales. La seguridad parece un privilegio de pocos y no de pueblo, cuando en verdad debería ser al revés: la seguridad como privilegio de todos, por vivir en un Estado de Derecho.