Muchos transeúntes que pasaron desde las 8 de la mañana por el frontis de La Catedral vieron con pena y tristeza los cuerpecitos sin vida de casi medio centenar de palomas. La misma situación da por sentado que hubo una o dos personas que cobardemente las envenenaron.
Las personas que tempranamente caminaron o estuvieron sentadas frente a La Catedral vieron con terror un lamentable ‘palomicidio’. Medio centenar de aves fueron envenenadas por sujetos inescrupulosos sin identificar, que habrían regado alimento envenenado.
Del pequeño pico de las aves de la paz caía un hilo de espuma blanca sobre el frío piso. Otras palomas aún agitaban sus alas, agonizantes. Y para sorpresa de algunos curiosos, una o u otra paloma caminaba aún viva entre sus compañeras muertas.
Al promediar las 9:30 a.m., apareció un presunto trabajador de la Municipalidad Provincial de Tacna que empezó a recoger en un bolsón celeste los cuerpos inertes de las palomas. Luego el hombre metió a las palomas envenenadas en un camión blanco de basura.
Entrevistadas desde el lugar del palomicidio, varias personas expresaron su malestar por este acto ruin que podría (y debería) evitarse. Las palomas que días antes jugaban con los tacneños y turistas, aunque especialmente los niños, hoy están envenenadas.
Medidas de solución
Tacna no es la única zona con un problema de sobrepoblación de palomas. Por ejemplo, en España e Italia se combate de un modo efectivo la masificación de palomas. Les dan de comer una planta que sirve de anticonceptivo, por lo que cortan la reproducción multiplicada de las palomas.
En Tacna, si el municipio provincial quisiera, se podría dar una ordenanza que prohíba la alimentación callejera a las palomas. Con ello, las palomas irían a otro lado y no habría más problemas entre los que señalan: suciedad por los residuos orgánicos de las palomas, deterioro de La Catedral por parte de las palomas y la suciedad que las palomas dejarían en los jardines colindantes a La Catedral.
En Lima, ante el mismo problema de abundancia de palomas, la alcaldesa Susana Villarán condenó a las personas que proponían la cruel medida de envenenar a las indefensas palomas.
