Recintos mantenían licencias como restaurantes pero funcionaban ilícitamente como bares. Municipio de Pocollay había ordenado el cierre de los establecimientos pero propietarios hacían caso omiso de la disposición. Fue necesaria intervención de la oficina de ejecutoria coactiva de la municipalidad provincial para ordenar el cierre definitivo de estos locales clandestinos, a pedido de la población.
Siete locales clandestinos que funcionaban como bares sin tener licencia de funcionamiento para ello, fueron clausurados definitivamente en Pocollay, gracias a la intervención del municipio de la zona y de la oficina de ejecutoria coactiva del municipio provincial.
Fue a pedido expreso de la ciudadanía, que los ediles decidieron llevar a cabo esta disposición pese a que ya antes habían notificado a los propietarios de los inmuebles para que obligaran a sus inquilinos a desalojar los lugares. Sin embargo estos habían hecho caso omiso a la orden aprovechándose que el municipio de Pocollay no tenía funcionarios de ejecutoría coactiva que los clausurara.
Según Elbi Paco, la existencia de estos establecimientos data del año 2005 y desde aquella época esos lugares eran antros de perdición a lo largo de la Av. Rufino Albarracín. Hasta que los vecinos cansados de los constantes escándalos que sucedían en los recintos, pidieron el cierre definitivo de los bares.
