La festividad de la Virgen de Copacabana no sólo trasladó un importante movimiento económico, comercio y el arte de la danza hasta Ciudad Nueva como consecuencia de las decisiones de los alferados de este año, a raíz del cierre de la plaza de Alto de la Alianza en el distrito del mismo nombre. Contrario a lo que se deseaba, también la proliferación de personas libando licor y en estado de ebriedad que hacen daño a la propiedad pública, llegaron hasta las calles principales del distrito.
La tarde de hoy, día central de la festividad de la «mamita de Copacabana», las calles ya lucían a las primeras personas en estado de ebriedad que habían convertido las canaletas de los laterales de las pistas, y un poste, en «urinarios» donde la orina discurría como un aniego. A solo dos calles de la vía principal en la plaza José Olaya, el fuerte olor delató el mal uso que le venían dando a esta zona, a donde llegaron las 28 agrupaciones de danzas, entre morenadas, caporales y fraternidades.
Lo más cuestionable es que se dispusieron tres baños químicos en la esquina de la plaza para uso del público. Sin embargo, casi ningún varón los utilizaba, lo que propició que comerciantes hicieran uso de los alrededores para la venta de cerveza, comida y otros. En horas de la tarde, la ausencia de personal de Seguridad Ciudadana dio pie a que se presenten grescas en la zona.