El sueño de la Copa Sudamericana sigue más vivo que nunca en La Victoria. Alianza Lima se impuso 2-0 ante la U. Católica de Ecuador en un partido de ida de octavos de final lleno de dramatismo y nervios. El gran héroe de la noche fue el recién ingresado Alan Cantero, quien con un doblete providencial le dio a los blanquiazules una ventaja crucial de cara a la vuelta.
El encuentro, disputado en el estadio Alejandro Villanueva, tuvo dos caras muy marcadas. El primer tiempo fue un monólogo de frustración para los dirigidos por Néstor Gorosito. Alianza salió a imponer condiciones desde el pitazo inicial, buscando incesantemente el arco rival. A los 3 minutos, un posible penal sobre Paolo Guerrero encendió las alarmas, pero el árbitro desestimó el reclamo. Luego, las oportunidades se sucedieron: un cabezazo de Guerrero (min. 6), remates de Peña y Castillo que se fueron altos (min. 10 y 12), y un misil de Gaibor que el portero Johan Lara desvió al tiro de esquina (min. 30). La mala fortuna pareció ensañarse con los íntimos cuando, a los 41 minutos, un violento disparo de Kevin Quevedo se estrelló en el travesaño, haciendo suspirar a todo Matute con el gol que parecía, pero que no era.
Pero el momento más doloroso llegó a los 34 minutos. La hinchada aliancista se paralizó al ver a Paolo Guerrero abandonar el campo entre lágrimas por una aparente lesión, siendo reemplazado por “el pirata” Barcos. La preocupación por el “Depredador” fue el telón de fondo de un primer tiempo que terminó 0-0.
En la segunda mitad, la tónica no cambió. Alianza Lima continuó buscando el gol con desesperación. Peña y Gaibor estuvieron a punto de marcar, pero la falta de puntería y la suerte adversa seguían jugando en contra. La U. Católica, por su parte, tuvo sus chances y el portero Guillermo Viscarra se plantó como una muralla, con una atajada monumental en el minuto 63 que salvó a los íntimos de irse abajo en el marcador.
Gorosito, ante la urgencia, movió sus piezas. A los 61 minutos, el cambio que cambiaría el destino del partido se hizo realidad. Ingresó Alan Cantero en lugar de Burlamaqui. Y no defraudó. La jugada del primer gol, a los 76 minutos, fue un manual de fútbol: Barcos aguantó el balón en el área, pivoteó con maestría y Cantero, con sangre fría, definió con calidad para desatar la euforia en las tribunas.
Con el 1-0, la U. Católica se vio obligada a abrirse, dejando espacios que Alianza supo aprovechar. En los minutos finales, la defensa ecuatoriana mostró fragilidad y Cantero, como un depredador del área, se encontró con un mal rechazo. No dudó ni un segundo y, a los 87 minutos, sentenció el partido con el 2-0 definitivo.