Lo que parecía un sueño, hoy es una realidad. Alianza Lima derrotó 2-1 a Universidad Católica de Ecuador en el estadio Olímpico Atahualpa y selló su clasificación a los cuartos de final de la Sudamericana con un global de 4-1. Una noche histórica. Fue el primer triunfo de los íntimos en tierras ecuatorianas en torneos Conmebol, y el pase a la instancia donde aguarda al vencedor del convulsionado cruce entre Independiente y Universidad de Chile.
La tensión se sintió desde el inicio. A los 18’, Azarías Londoño adelantó a los locales, poniendo nerviosos a los blanquiazules. Pero este Alianza, dirigido por Néstor “Pipo” Gorosito, demostró personalidad y carácter. A los 39’, Eryc Castillo apareció en el área para empatar tras una precisa asistencia de Sergio Peña.
La segunda parte fue de control y paciencia. Alianza manejó el balón y resistió la presión. Y cuando parecía que el empate bastaría, surgió la magia. A los 81’, Kevin Quevedo sacó un derechazo desde fuera del área que se clavó en el arco rival. Fue el gol del desahogo, de la ilusión, del triunfo que quedará marcado en la memoria de la hinchada.
El pase a cuartos no solo es un logro deportivo; representa también un impulso económico. Con la clasificación, Alianza Lima sumará 700 mil dólares adicionales, alcanzando ya 6,63 millones de dólares en ingresos internacionales en lo que va del año. Pero más allá de los números, lo que queda es la sensación de un plantel maduro, con jerarquía, que no se achica en escenarios adversos.
A LA ESPERA DEL RIVAL
La historia aún guarda suspenso. El próximo rival saldrá del duelo entre Independiente y Universidad de Chile, suspendido en Avellaneda por graves hechos de violencia. La decisión final está en manos de la Conmebol. Mientras tanto, en La Victoria se respira confianza.
Han pasado 23 años desde la última vez que Alianza Lima alcanzó los cuartos de final de la Sudamericana (2002). Hoy, el equipo vuelve a instalarse en esa instancia, con el respaldo de una hinchada que nunca dejó de creer.
