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Dr. Walter Perry: “El suicidio se puede prevenir, pero debemos reconocer las señales de alerta”

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A puertas del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se conmemora este 10 de septiembre, el Dr. Walter Perry hizo un llamado a la conciencia colectiva, recordando que cada 40 segundos una persona se quita la vida en el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 800 mil personas se suicidan cada año. En Perú, el 2023 cerró con 750 casos, y solo en el primer trimestre del 2024 ya se han registrado más de 200. “Es una realidad dolorosa que no podemos seguir ignorando”, sostuvo.

El especialista explicó que el suicidio no es un trastorno mental en sí, sino una conducta que, en la mayoría de los casos, está vinculada a afecciones como la depresión. “Pero también es un mito pensar que todos los que se suicidan padecen depresión. No hay una causa única, los investigadores solo manejan teorías. Sin embargo, hay señales claras que deben alertarnos”, indicó. Entre ellas, mencionó el aislamiento social, la tristeza persistente, la pérdida de interés por actividades que antes motivaban, y comportamientos como regalar objetos de valor o hablar constantemente sobre la muerte.

Perry explicó que, en muchos casos, la persona que atraviesa una crisis suicida experimenta lo que se conoce como las “3 ies”: lo intolerable, lo inescapable y lo interminable. Esa percepción de que no hay salida los lleva a un estado de desesperanza, concepto estudiado por el psicólogo Martin Seligman. “Cuando alguien siente que no tiene control sobre su dolor ni salida posible, deja de luchar. Ahí es donde entra la importancia del apoyo emocional, de hacerle sentir que es valioso, que su vida importa”, remarcó.

El doctor también alertó sobre ciertos patrones: algunos comienzan a buscar sogas, armas o venenos; otros se encierran o bajan drásticamente su rendimiento escolar o laboral. “Los padres y familiares deben estar atentos. A veces hay antecedentes como abuso sexual, bullying, la sensación de no encajar o la falta de amor propio. La intervención temprana puede salvar vidas”, indicó. En ese sentido, exhortó a que se promueva la educación emocional desde la infancia y el fortalecimiento de los vínculos familiares.

Finalmente, Perry lamentó que la salud mental en el Perú aún sea una deuda pendiente. “A pesar de que el Estado ha incrementado el presupuesto en esta área por presión de organismos internacionales, la atención sigue siendo limitada y centralizada. Necesitamos más centros de salud mental comunitaria, profesionales capacitados y políticas sostenidas. El suicidio no es un delito ni un tabú, es un acto de dolor que puede y debe prevenirse”, concluyó.