En medio de las ofrendas florales y la preparación de mesas por el Día de Todos los Santos, Eulogia Melchor Ortiz compartió un testimonio profundamente emotivo en el Cementerio Municipal de Pocollay, donde visitaba la tumba de su hijo Joel de 38 años. El dolor de su pérdida, ocurrida hace apenas dos meses, resonó en su clamor dirigido a la juventud.
La madre llegó al cementerio para visitar a su hijo a quien hoy llevó gaseosa y bizcocho. Explicó que la comida favorita de Joel era el tallarín con pollo, pero al se reciento su partida aún – por tradición- debería aguardar, pero la familia planea prepararlo y «hacerlo bonito» para el próximo año.
Reconoció que siempre lo había engreído; sin embargo, detrás de su amor materno, Eulogia reveló las circunstancias dolorosas que rodearon la muerte de su hijo. Indicó que Joel tomaba mucho y no le hacía caso a ella, lo que lo llevó a «este camino». Un alivio para la madre fue el hecho de que Joel era solo, no tenía pareja ni hijos, evitando así que otros sufrieran más con su partida.
En su dolor, imploró a los jóvenes que no desobedezcan a sus padres. «No lo hagan porque no saben cuánto dolor dejan en esta tierra a los que siguen existiendo, sus madres, sus padres», sentenció, añadiendo que una madre o un padre jamás querrán algo malo para sus hijos.
Expresó que la desobediencia lleva a los jóvenes a querer hacer las cosas «a su manera» y a llegar a una «situación donde ya no hay solución» ni cómo restablecerse, culminando en «este camino». La madre enfatizó que este sufrimiento es «lo más doloroso» y que no se lo desea ni a su mi peor enemigo.
La partida de Joel dejó un gran vacío en la familia, ya que él era el «hombrecito de la casa». Eulogia relató que, en vida, pensaba que si ella moría, él se quedaría para cuidar y hacer respetar a sus hermanas. Actualmente, solo le quedan dos hijas mujeres. Con la partida de Joel, su esposo, y su hijo mayor, la señora Eulogia ha perdido a tres hombres en su familia.
A pesar del profundo dolor, la madre mantiene una esperanza inquebrantable de reencontrarse con su hijo. «Yo sé que su espíritu está arriba con mi papito Dios y yo sé que ahí me va a encontrar con mi hijo», concluyó.











