Durante la tradicional visita por el Día de Todos los Santos, deudos en el Cementerio Municipal de Pocollay expresaron descontento con las obras de construcción que se están ejecutando, específicamente por la creación de numerosas graderías sin considerar la accesibilidad para personas con discapacidad.
El principal punto de conflicto es la falta de rampas, situación que, según los usuarios, dificulta enormemente el acceso al interior del cementerio, especialmente para las personas con movilidad reducida.
Los visitantes se quejaron de que las gradas han sido «mal planificadas» y representan un gran esfuerzo físico. Una vecina, visiblemente agitada, señaló que son «demasiadas gradas» y lamentó tener que subir por el terral porque la obra aún no está terminada.
Una visitante sugirió que, al momento de realizar el proyecto, las autoridades debieron «ponerse a pensar en las personas discapacitas”. «No hay rampla. Tendría que haber habido una rampla,» señaló un ciudadano, manifestando que tanto él como otros visitantes se sintieron «defraudados con la obra que se ha hecho».











