En la junta vecinal Enrique Paillardelle (detrás del mercadillo Bolognesi, cercado), denunciaron presuntos actos de maltrato por parte del gerente general de la Municipalidad Provincial de Tacna (MPT), Jonatan Ríos, luego de solicitarle la instalación de servicios básicos para el local comunal.
Tomasa Huaca Chávez, presidenta de la junta vecinal, explicó que la población con mucho esfuerzo realizó por cuenta propia durante los años 90 la edificación del local comunal y posterior ganaron el proyecto de mantenimiento pues «no teníamos luz, no teníamos agua ni desagüe». Pero la actual gestión del alcalde Pascual Güisa si bien realizó un mejoramiento «un local muy bonito» no incluyó servicios básicos.
La municipalidad inauguró el local en agosto, pero el evento se realizó de manera incumple y únicamente con la ayuda de un grupo electrógeno para proveer energía.
«Como que se está burlándose de nosotros, son ocho meses de mi gestión como que me están cerrando las puertas y ahora (el local) es guarida de gastos», expresó la vecina a la vez de afirmar que, al pedir apoyo para dotar de agua y luz al establecimiento comunal —servicios esenciales para su funcionamiento—, el el gerente municipal respondió de manera prepotente, indicando que “todo quieren gratis” y “vean ustedes”, desentendiéndose de la solicitud.
La denunciante añadió que, en una ocasión previa, cuando pidió auxilio en horas de la madrugada por un robo ocurrido en la zona, Ríos le contestó: “Ahora me va a echar a mí la culpa del robo”, pese a que la zona continúa sin cámaras de seguridad operativas.
«No pensé [que me diría eso] porque me dio ganas de llorar impotentemente porque eso no es el trato… merezco respeto», expresó.
La agraviada recordó que, los equipos de videovigilancia permanecen almacenados desde hace un año sin ser colocados, a pesar de la creciente inseguridad y disposición de la población para facilitar las labores de instalación en la zona.
La falta de energía eléctrica también impide la instalación de seis cámaras de seguridad que la junta vecinal compró con su propio presupuesto hace un año. A pesar de haber solicitado mano de obra para su colocación, y de que los funcionarios municipales han visitado el sitio varias veces, las cámaras siguen guardadas.
Mientras tanto, los vecinos deben suplir la falta de agua en el local. La señora Huaca y una vecina traen agua en cilindros desde sus propias casas y usan mangueras para regar las áreas verdes y evitar que se sequen. Aunado a esto, las calles de la zona presentan un «caos» con huecos, aceras deterioradas y roturas de tuberías de agua constantes, lo que ha provocado accidentes en adultos mayores y niños.












