El Gobierno boliviano ha decidido desplegar en las calles de las cuatro ciudades más pobladas del país un contingente de 2.300 militares para respaldar la operación policial ?Bolivia Segura?, concebida para frenar la ola de asesinatos, atracos y asaltos que está sacudiendo las principales urbes, y para asegurar la aplicación de las nuevas normas para impedir el consumo de bebidas alcohólicas en las calles. Los militares comenzaron a patrullar en la noche del viernes al sábado.
El asesinato de dos periodistas en la ciudad de El Alto —que se suma a una serie de hechos violentos que han golpeado especialmente a mujeres, niños y ancianos en las últimas semanas— ha producido una oleada de masivas protestas de las juntas vecinales de esa ciudad, ubicada a catorce kilómetros del centro de La Paz, y de unos 10.000 campesinos del altiplano paceño, que reclamaron al Gobierno acciones para garantizar la seguridad ciudadana.
El plan de contingencia aprobado por el presidente Evo Morales incluye la participación de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional en tareas de patrullaje en cuatro ciudades: La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz.
Morales reconoció ayer en un acto celebrado en la ciudad de Cochabamba, en el centro del país, que la actuación de la Policía Nacional es “insuficiente” para frenar la delincuencia.
Las operaciones conjuntas se efectuarán, según el plan, por un periodo de 90 días, a cuyo término se medirá el impacto de la presencia militar en las calles, ha informado el director de Operaciones de la Policía, Carlos Flores.
El plan de seguridad incluye varios seis ejes de acción. Entre ellos, contempla la creación de un centro interinstitucional de inteligencia e información.
Cortesía: El País