Así lo afirmaron Paula Mesa, directora del Proyecto, «El Mantaro Revive» y Fernando Serrano, Catedrático de la Facultad de Salud Pública de la Universidad, San Luis de Misuri de EEUU, quienes vienen haciendo estudios desde el año 2005 en los pobladores, resultando positivos en metales tóxicos como cadmio, plomo y arsénico.
Pobladores de la Oroya respiran aire altamente tóxico
Paula Mesa, quien desde el proyecto “El Mantaro Revive” viene trabajando con las evidencias de la contaminación de la empresa minera Doe Run , dijo que la fundición por largos años a afectado la salud de la población, pero con más incidencia los últimos años donde ha operado Doe Run, poniendo en riesgo la situación de la población sin embargo en estos días que ha dejado de operar, se han hecho un estudio y se ha percibido que lo que más afecta a la población es la calidad de aire con dióxido de azufre, plomo, arsénico, cadmio, etc.. “En el tiempo que a dejado de operar, la salud de la población ha mejorado un poco y seria riesgoso que esta fundición vuelva a operar y poner en riesgo la salud de la población y eso es lo que nosotros hemos dicho y ha molestado”.
Sobre las afirmaciones de la Doe Run, sobre que habría invertido, más de 300 millones en el Pama, indicó que a empresa puede decir que ha invertido más de 300 millones pero el Pama no se mide por el dinero sino por los efectos en la calidad ambiental y eso es lo que no ha cumplido la empresa minera, si volvería a operar, la calidad del aire sería muy toxica para los pobladores, aseguró.
Por su parte, Fernando Serrano, Catedrático de la Facultad de Salud Pública de la Universidad, San Luis de Misuri de Estados Unidos, informó que en el 2005, la Facultad de Salud Pública de la Universidad de San Luís, en colaboración con el Arzobispado de Huancayo hizo el primer estudio de metálicos tóxicos en toda la población de la Oroya y lo que encontraron fue niveles muy altos de cadmio, plomo y arsénico “Los resultados fueron desastrosos en vista de salud ambiental, ya que vinos a toda una población intoxicada por los metales tóxicos, niños jóvenes y varones de todas las edades, a partir de esa fecha hemos seguido trabajado para seguir apoyando científicamente”.
“Cuando se vive en la Oroya, todos son afectados, la contaminación no distingue géneros, pero los niños y madres son los más vulnerables, el riesgo de enfermedades es sumamente alto, el plomo en la sangre es uno de los venenos más grandes, que afecta el sistema sanguíneo, los huesos, el sistema nervioso y los efectos duran toda la vida y son irreversibles. Los tres metales son considerados como cancerígenos”, agregó.
Igualmente a Huancayo, la empresa Doe Run, también tiene una fundidora en Misuri EEUU, donde se le inició una demanda, que concluyó en que la empresa tenía que hacerse cargo de los daños que ocasionó la contaminación “Esto es para nosotros una evidencia más que el sistema legal ha concluido que hay un problema de contaminación”.