Minutos antes de que Eda Rivas y Daniel Figallo juramenten como nuevos ministros de Estado, se produjo un bochornoso incidente en el Salón Dorado de Palacio de Gobierno.
El presidente no tuvo mas que aguantar muy quieto el impace, mientras llegaba personal de seguridad a solucionar el penoso incidente que fue visto por todo el Perú y el mundo.
El presidente Ollanta Humala estaba de pie esperando el ingreso de sus nuevos juramentados, cuando un trabajador palaciego se apuraba a acomodar el candelabro y el crucifijo para la juramentación. De pronto en el canal del Estado se observó la inesperada caída de un enorme cirio de un metro de largo frente al Jefe de Estado.
Notoriamente incómodo, Humala observó la escena mientras personal de seguridad intentaba limpiar el lugar. Superado el incidente se inició la juramentación de ley.