El cónsul peruano en la ciudad boliviana de La Paz, Yván Solari Calvo, negó a través de RADIO UNO haber ejecutado cobros excesivos y disponer trámites antojadizamente engorrosos a los deudos del ciudadano peruano Isidro Poma Coaquira, quien perdió la vida en el vecino país altiplánico a inicios de mes.
El diplomático peruano indicó que los familiares de Poma se apersonaron a su despacho los días martes 15 y miércoles 16, pero no pudieron entrevistarse con él porque se encontraba de comisión en la oficina consular de "El Alto", de la cual también es titular.
Luego de recibir la orientación por parte de los funcionarios peruanos, los deudos y los representantes de la funeraria no regresaron, situación que se hace constar en la no emisión del Certificado de Defunción.
Para obtener tal documento –explicó Solari Calvo- ellos debieron primero solicitar un certificado RENIEC del difunto, por encontrase sin documentos en el momento de su hallazgo.
Luego, con este documento, que si fue proporcionado por el despacho consular, se debió inscribir al occiso en los registros del país vecino, con la finalidad de recibir un certificado de defunción que es refrendado por un acta consular de defunción.
Todos estos trámites –resaltó- no son onerosos, puesto que los que se realizan por parte del Consulado Peruano son gratuitos y los que se realizan por el lado boliviano cuestan el equivalente a 12 nuevos soles.
Por otro lado, Solari Calvo informó que su oficina ha visto en los últimos días la repatriación los cadáveres de otros dos peruanos: el primero de ellos es el de Sandra Ribera Tintaya, comerciante originaria de Yunguyo, Puno, quien fue encontrada muerta en la periferia de La Paz, aparentemente asesinada luego de ser víctima de un asalto la madrugada del primero de enero.
Asimismo, del pequeño cuerpo de un menor de edad que perdió la vida a causa de una enfermedad y cuyo certificado mortuorio fue expedido ayer por el Consulado.