Wilber Mancilla Limache (17) trabajaba como aguatero al interior del cementerio municipal de Pocollay, cuando repentinamente sufrió un ataque de epilepsia y cayó a un pozo con agua donde irremediablemente se ahogo. Trascendió que el hecho fue presenciado por sus compañeros de trabajo, menores de edad quienes nada pudieron hacer por salvarle la vida.
Epilepsia le costo la vida.(Foto: Radio Uno)
Lamentable fue el deceso del menor, quien sufría constantes ataques de epilepsia y uno de ellos le costó la vida, hoy lunes al promediar las 5:50 PM cuando a causa de uno de estos cayera al interior de una poza con agua de medio metro de alto, que era usada como reservorio para regar las flores del panteón.
Lucio Mancilla, padre del fallecido indicó que su hijo dejo los estudios debido a la enfermedad que padecía, por lo cual se puso a trabajar de aguatero al interior del cementerio.
Por su parte una comerciante de flores del cementerio señaló que desde muy chico Wliber comenzó a trabajar en el lugar y cada vez que lo veían siempre tenía un golpe producto de las caídas que sufría cuando un ataque de epilepsia lo aquejaba: ‘‘desde los 8 años comenzó a trabajar aquí, siempre ha sufrido de epilepsia y se caía, venía con el ojito hinchado, su nariz chancada’’.
Si bien es cierto que sus compañeros de trabajo no pudieron hacer nada por salvarle la vida, de haber buscado ayuda tampoco habrían podido socorrerlo ya que la poza donde cayera el joven queda en la parte más alejada del cementerio, lo cual habría jugado en contra del fallecido aunado a eso está que los únicos testigos fueron menores de edad quienes no habrían podido sacarlo del lugar debido al peso de Wilber.
Hasta el lugar llegaron efectivos policiales y el fiscal de turno quien ordeno el levantamiento y trasladado del cadáver a la morgue central.