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La resaca del 28

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¿Cómo inicia Ollanta Humala su tercer año de gobierno? Algunos datos sobre el Gabinete de los independientes y un Congreso en aparente crisis presentados por el portal laMula.pe.

El presidente Ollanta Humala ha iniciado su tercer año de gobierno con nuevos ministros y un discurso sin sobresaltos, como él mismo ha resaltado. Sin embargo las reformas impulsadas en diferentes sectores han encontrado rechazo en algunos grupos ciudadanos.  Pero este tercer año también carga sobre sus hombros el desprestigio del Congreso y la reciente escisión de la bancada peruposibilista, aliada del oficialismo. ¿Cuál es la imagen general de la gestión actual en estos frentes? 

LOS GABINETES DEL PRESIDENTE

Durante estos tres años de gobierno, el presidente Ollanta Humala ha cambiado al jefe de gabinete tres veces. En solo 18 meses, Humala encargó esta función a tres personajes con trayectorias y características muy diferentes. En términos generales, estos cambios podrían ser considerados como un proceso de aprendizaje en el poder, especialmente tras el fracaso del gabinete presidido por Óscar Valdes que fue criticado por la «mano dura» respecto a la conflictividad social. Sin embargo, a pesar de estos cambios, se puede observar cierta continuidad en términos generales, especialmente con respecto a las carteras como Economía y Finanzas en las que los ministros han permanecido en el cargo desde el inicio de la gestión.

 

Los cambios del Presidente han priorizado una mayor presencia de profesionales sin militancia partidaria como titulares de los diferentes sectores. En el primer gabinete, estos tecnócratas independientes representaban 15 de 19 ministerios. Vale recordar que la composición de este gabinete estaba encabezada por un experimentado operador político de izquierda, Salomón Lerner Ghitis, pero también contaba con representantes del Partido Socialista(Aída García Naranjo) y Perú Posible (Rudecindo Vega y Daniel Mora); así como figuras experimentadas de la talla de Rafael Roncagliolo. 

 En el segundo y tercer gabinete, los independientes pasarían a ser 17 y 18 respectivamente, situación que no se ha modificado con los últimos cambios. Parece ser que la idea de que se puede gobernar solo con técnicos sigue siendo la regla para este gobierno, aún cuando recientemente se han presentado escenarios de reforma institucional donde se requiere la presencia de operadores políticos.

 


EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA

El Congreso de la República continúa siendo una de las instituciones con peor imagen en la opinión pública. A esta situación, coronada por casos particulares de corrupción de los representantes de diferentes fuerzas políticas, se le ha sumado la reciente crisis por la llamada «repartija» en la elección de cargos para el Tribunal Constitucional, Defensoría del Pueblo y el Banco Central de Reserva.

Esta situación no solo ha dejado una de las evaluaciones más bajas de esta institución en los últimos años, sino que también a generado una nueva escisión en la configuración de las bancadas parlamentarias. Si bien es cierto que estos cambios, la creación de la bancada Acción Popular-Frente Amplio y el reciente grupo Unión Regional, son minoritarios en términos numéricos, estos votos han sido restados de los aliados iniciales del gobierno en la izquierda y Perú Posible.


En términos de aprobación pública, un ejercicio de comparación de la imagen del Congreso de la República de lo que va de este periodo legislativo (2011-2013) y el anterior (2006-2008), durante el gobierno de Alan García, podríamos ver ciertas tendencias que se repiten y por lo tanto observar que para la evaluación del Congreso no importa mucho quien está en el poder ni quien domina la correlación de fuerzas al interior de este poder del Estado. Sin embargo, es necesario resaltar que el último sondeo ha registrado un nivel de aprobación preocupante. 

Si durante los últimos meses del 2012 se llegó a especular sobre la posibilidad de un cierre del Congreso, esta medida ha sido ampliamente comentada con preocupación tras los últimos sucesos. De hecho, según la última encuesta deIpsos Perú, un 35% estaría a favor de un presidente que cierre el Congreso, mientras que un 76% votaría por un candidato que tenga «mano dura».  Sin embargo, el referente anterior, el autogolpe de 1992, se desarrolló en un contexto de crisis económica y social que, de algún modo, permite comprender la tolerancia y la aceptación con la que fue asimilada por la población. La crisis actual del Legislativo no reúne estas características.   

En un intento por mejorar la mala imagen del Congreso, la primera gestión encabezada por Daniel Abuggattás desarrolló una sesión descentralizada del Pleno del Congreso en Ica, así como promovió los «gestores parlamentarios» como cuadros políticos que articulen a los representantes y las regiones. Algunos análisis externos señalaron que se trataban de iniciativas importantes y con efectos positivos, sin embargo estas medidas fueron muy criticadas por la prensa y la opinión pública, generando su cancelación. 

  

Nota:

La información ha sido tomada del anuario de la Revista de Ciencia Política, con datos de Ipsos Perú