Esta mañana, durante su exposición ante la Comisión Permanente del Congreso de la República, Luis Alva Castro, ministro del Interior, afirmó que las balas que hirieron a varios manifestantes en Ayacucho y asesinaron a otros cuatro no salieron de armas oficiales utilizadas por la Policía Nacional del Perú, sino de escopetas artesanales que portaban terroristas infiltrados.
Esta tesis –que para muchos ha sido considerada como tendenciosa o poco ajustada a la verdad- está argumentada en una fotografía tomada a un grupo de manifestantes donde se ve a un sujeto portando un arma artesanal conocida como "trampero".
Asimismo hizo uso del típico discurso blandido por el Premier Del Castillo y el Presidente García, al señalar que la población participó del paro agrario presionado por sectores "extremistas" encubiertos en juntas de usuarios y organizaciones civiles. Puso en el tapete como ejemplo que el 19 pasado circularon en Huancayo volantes de la agrupación terrorista "Sendero Luminoso" que impulsaban a la protesta.
En todo momento subrayó que la Policía Nacional actuó de acuerdo a ley, armada sólo con escudos, cascos y bombas lacrimógenas. Adicionalmente puntualizó que de las 276 personas que detenidas durante la convulsión popular tan sólo se formalizó denuncias a cuatro de ellas.
Cabe recordar que la bancada del Partido Nacionalista Peruano (PNP) exigió la renuncia del titular del Interior al considerarlo responsable político de los decesos; otras bancadas de oposición señalaron que debería conformarse una comisión investigadora, pero conjugaron en que de encontrársele responsabilidad impulsarán una moción de censura.