Según Julio Isique Calderón, ingeniero pesquero miembro del Frente de Defensa del Mar de Grau, lo único que harán las embarcaciones industriales que ingresen a las 5 millas -gracias a la autorización del PRODUCE y un sector de los pescadores artesanales- será depredar la anchoveta y toda especie marina con la que se crucen sus redes.
"Entra la anchoveta a las 5 millas para desovar, la pesca industrial arrasaría con huevos, juveniles y larvas, la red no es selectiva, muchas otras especies que entran a desovar también serían depredadas, por eso la ley general de pesca de 1992 establece un área de 5 millas de protección", explicó.
"La ley se ha hecho mediante estudios universales, desde el punto de vista técnico, las franjas costeras se han designado para que la pesca artesanal o industrial se cuide de la depredación", acotó.
Isique Calderón indicó que todos los veranos, entre los meses de diciembre y marzo, las naves entran sin control a las 5 millas en el sur del Perú, en busca de insumo para harina de pescado, aprovechando su movimiento migratorio ocasionado por la corriente de El Niño.
A causa de ello en los meses subsiguientes se nota una disminución del tamaño de especies que son barridas junto a las anchovetas, como el jurel y la merluza, y la extinción del litoral peruano de otras, como la sardina.
De otro lado, el ingeniero pesquero aseguró que no todos los artesanales apoyan la apertura de ventanas de extracción para los industriales, sólo los "pescadores de orilla", que no se adentran días a la mar en busca de un sustento.
Además dijo que la ley de 1992, reglamentada en el 2001, es más que clara respecto al área de protección y aún está vigente, por lo que los decretos supremos emitidos a inicios de año sólo son regímenes provisionales que tiene un trasfondo político, utilizando además la compra de conciencias a 10 soles por tonelada extraída.