Casi a diario se reportan casos de agresión física, verbal y sexual en contra de mujeres, adolescentes y niñas. En la mayoría de casos los agresores son sus parejas, padres, tíos u abuelos.
AGRESIONES NO DEBEN SER COSA DE TODOS LOS DÍAS. (Foto: Epensa)
Ser mujer en Tacna era sinónimo de respeto para los demás pues la historia respaldaba al género colocándolas en un sitial de importancia para la historia de la ciudad heroica. Sin embargo al parecer esos días de gloria quedaron atrás.
Y es que a diario se reportan casos de mujeres, adolescentes y niñas maltratadas, violadas e insultadas. Solo en este mes del 05 al 08 se han reportado casos de violación sexual en contra de menores de edad y en tan solo un día (07) dos casos de agresión física a mujeres.
En este último – las dos mujeres residen en diferentes sectores de Ciudad Nueva- Ana María Pérez (38) e Irene Cotrado García (30) fueron golpeadas salvajemente por sus parejas frente a sus pequeños. Los agresores Luis Alberto Cruz (48) y Crisostomo Surita Condori, respectivamente, se encontraban en estado etílico.
En el caso de Irene Cotrado, fue tal el grado de violencia que termino con una hemorragia uterina y una fractura por descartar en la pierna izquierda, además de diferentes hematomas en el rostro y cuerpo producto de las patadas y puñetes que recibió en plena calle y bajo la atenta mirada de su hijo de 7 años, según el reporte policial al cual RADIO UNO tuvo acceso el 7 de agosto.
Si bien es cierto, el tema en mención ya no es novedad en Tacna, es justamente esta ‘‘consideración’’ la que resulta preocupante pues denota que los casos de agresión se han tornado cosa de todos los días provocando la ausencia de la indignación en las dependencias policiales y otras instituciones. A tal punto que estas denuncian son recibidas sin importancia y en el peor de los casos obviadas con la frase ‘‘que habrás hecho tu pues’’, típica exclamación que muchas mujeres aseguran haber recibido en las comisarías de sus jurisdicciones.
Para que una denuncia sea aceptada y consiga tener respuesta, la agraviada debe estar al borde de la muerte, de lo contrario el agresor no obtendrá el castigo que se merece –claro- si antes este no se dio a la fuga.
Como olvidar el caso de Yuri Abigail Yapurasi Mamani (23) quien la mañana del 8 de mayo del 2013 fue salvajemente apuñalada por su ex conviviente Alcides Roger Roque Ticona (25). Este sujeto llegó a la vivienda de Yapurasi y sin temor alguno le asesto 8 puñaladas repartidos en brazos, antebrazo y tórax. Tras la brutal agresión el sujeto se dio a la fuga y se desconoce si al día de hoy la policía dio con su paradero.
Si bien Yapurasi sobrevivió de milagro, ello no hubiera ocurrido si la denuncia que realizara un día antes de la agresión hubiera obtenido la importancia que merecía.
Así como el caso de Yapurasi existen otros de mayor violencia que datan de años anteriores en los cuales las victimas no corrieron con la suerte de Yapurasi pues en dos de los casos, las mujeres fallecieron tras ser calcinadas por el agresor, una de ellas inclusive se encontraba en gestación. Sonia Anahua Sosa (25) hallada sin vida y totalmente calcinada en un descampado de la Asociación de Vivienda Apitac con 7 meses de embarazo el 20 de abril del 2011. En aquel entonces la familia acuso del horrendo hecho a la pareja de Anahua, Vladimiro Basilio Villegas.
Cabe indicar que esta madrugada otra mujer fue agredida, esta vez en la asociación 23 de Junio Mz C Lt 11 (Gregorio Albarracín). De no ser por los vecinos de Benilda Ticona Ramos (19) su pareja, Jonathan Gutiérrez (21), hubiera continuado con el irracional ‘‘castigo’’ y si bien el sujeto fue detenido por serenos y trasladado a la comisaría de la jurisdicción donde la mujer interpondrá la denuncia ¿cuántas horas permanecerá encerrado para nuevamente volver y cobrar venganza por la denuncia?
CIFRAS CRUDAS. El año pasado los CEM, dependencias del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp), atendieron en sus doscientas sedes en el ámbito nacional a 42.878 mujeres afectadas por la violencia familiar y sexual. El 50% refirió agresiones psicológicas, 39% físicas y 11% sexuales.