Por tercera vez consecutiva, el periodista Umberto Jara Flores continuó atestiguando ante la Sala Penal que juzga a Alberto Fujimori, y no solo respondió de manera consistente las preguntas de los abogados de la parte civil y de la defensa del reo, sino que siguió presentando documentos que acreditan las investigaciones que realizó sobre Santiago Martin Rivas y el destacamento Colina, que figuran en su libro "Ojo por Ojo".
Una de las cosas que sostiene el testigo, es que el ex dictador tenía pleno conocimiento del accionar del grupo criminal, y más aún, que fue él quien ordenó se ejecutara la denominada "guerra de baja intensidad". En la sesión 43 del juicio que se realiza en las instalaciones de la DIROES, en Ate, el periodista e investigador recalcó que desde 1991 ya se hablaba de un gobierno cívico-militar, tal como lo demuestran los diversos titulares y recortes periodísticos que cuestionaban los cambios que ocurrieron no bien Fujimori asumió la presidencia.
En su amplia declaración, que continuará el próximo viernes 4 de abril, Jara Flores se refirió a las conversaciones que sostuvo con Martin Rivas, quien sostenía que en esos años "se había perdido la iniciativa antisubversiva y el principio de autoridad, como sucedía, por ejemplo, en las universidades y penales". Para enfrentar esa situación se requería reorientar el trabajo de inteligencia, que constituye un factor fundamental en la Guerra de Baja Intensidad.
Agregó que Martin Rivas se refirió a los mensajes presidenciales, que en situaciones de guerra sirven para llevar un mensaje directo tanto a la población como a las huestes militares, y también al enemigo. Al respecto, señaló que en uno de los videos que mostrará aparece el Presidente sosteniendo que la estrategia antisubversiva sería "una estrategia que no era inocua y que debía mantenerla en silencio". Asimismo, Jara mostró un manual antisubversivo que el propio Rivas le habría facilitado, en el que decía que "en la ciudad deben existir destacamentos de inteligencia, para ello el Servicio Nacional de Inteligencia debía coordinar esta labor".
Luego el hombre de prensa mostró, con documentos, cómo varios de los altos mandos que ocuparon puestos claves en las Fuerzas Armadas durante el régimen fujimorista hicieron estudios en la famosa Escuela de las Américas, como Martin Rivas, Carlos Pichilingüe, Rodríguez Zabalbeascoa, Rivero Lazo, Pinto Cárdenas, Cáceda Pedemonte, Hermoza Ríos y Vladimiro Montesinos.
Como era previsible, a su turno, un incisivo César Nakasaki trató de desvirtuar la contundente y documentada participación del testigo, vinculándolo a la administración pública durante el régimen de Fujimori, por los servicios como asesor que brindó a COFOPRI, así como la insistencia en que revele sus fuentes, estrategia que no obtuvo mayor resultado.
Ronald Gamarra: "Jara es un testigo incómodo para la defensa de Fujimori"
El abogado de la parte civil, Ronald Gamarra, consideró que "Jara es un testigo que viene a señalar lo que ha percibido en sus entrevistas con miembros del destacamento Colina y que luego ha contrastado con documentación y conversaciones con otros oficiales del Ejército que han tenido actividad en los años en que actuó Colina".
Para el doctor Gamarra, es evidente que el periodista e investigador Umberto Jara resulta desde todo punto de vista un "testigo incómodo para la defensa de Fujimori".
Gisela Ortiz: "Nakasaki juega un papel mediático"
Por su parte, Gisela Ortiz, hermana de uno de los nueve estudiantes asesinados de la Universidad La Cantuta, sostuvo que lo dicho por Jara "es un testimonio valioso, contundente y fundamental, porque explica el nivel de organización que hubo dentro del Estado y el papel que jugó Fujimori como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, dando carta abierta a los operativos que constituyeron crímenes y violaciones a los derechos humanos".
"Por ello, Nakasaki no solo quiere desprestigiarlo, sino también quiere hacerlo caer en contradicciones: a pesar de ello, el abogado de Fujimori no puede evitar quedar mal, pero quiere presentar una mala imagen de Jara como persona idónea para hacer esta denuncia. Por eso está jugando un papel más mediático", finalizó Gisela Ortiz.