EL PRETENDIDO SEPARATISMO PROYANQUI-CHILENO EN CONTRA DE BOLIVIA EN SANTA CRUZ
Efraín Choque Alanoca
Para quienes venimos observando el panorama político latinoamericano no representa ninguna novedad el resultado de ayer domingo 4 de los corrientes a favor del pretendido separatismo de los sectores de derecha azuzados por los intereses yanquis y chilenos en la región. (Ver el artículo titulado: EEUU Y CHILE JUNTOS EN LA SEGREGACIÓN DEL SUR DE PERU, publicado por nosotros en esta columna de fecha 04 de marzo del año presente, que además adjuntamos a pie de página)
Lo que si nos llama la atención es que algunos sectores de la diplomacia peruana (entre ellos, nuestro paisano, el embajador Hugo de Zela) saquen a relucir sus concepciones antisocialistas e interpreten lo sucedido en Santa Cruz como un signo favorable al cambio de la errada política de Evo Morales provocado por la “influencia del presidente venezolano Hugo Chávez”. Además Hugo de Zela anunció con cierto regocijo que falta ahora que se pronuncien en junio departamentos de Beni, Pando y Tarija por la vigencia del llamado Estatuto.
Para nosotros la cosa está clara, EEUU y Chile han obtenido una victoria en una consulta donde sólo había un competidor: el SI, que significaba el desgarramiento de la unidad e integridad de la república hermana de Bolivia. Los buenos oficios del agente yanqui, Marc Falcoff, ex diplomático en Kosovo, especialista en la segregación de la antigua Yugoslavia, han dado sus primeros resultados.
Decíamos que si nos llama la atención que un embajador nacido en Tacna, oculte esta última constatación, y además olvide que el sur del Perú –y Tacna en particular- ha sido terreno en donde se han ensayado intentos separatistas en las primeras décadas de la república: en 1833, 1839, 1844, y claro el más abierto y directo provocado por la clase gobernante chilena durante la pretendida chilenización en contubernio con la fracción dominante local de origen italiano. Pero intentos separatistas -basados en la falta de apoyo y el olvido del centralismo republicano con la heroica ciudad- que fueron condenados por sus hijos más preclaros, como Jorge Basadre y Francisco de Paula Vigil.
Los sectores de derecha en el país se rasgan las vestiduras cuando Loreto o Puno anuncian unos intentos separatistas, entonces invocan su falso patriotismo y llaman a la unidad nacional y el respeto a la Constitución. Pero, cuando hay separatismos en otros pueblos, desnudan sus verdaderos intereses proyanquis y prochilenos. La diplomacia de Alan García además, como sabemos, acaba de reconocer el nuevo Estado de Kosovo, haciendo un claro servicio a los intereses imperialistas norteamericanos.
Estamos por la unidad de los pueblos latinoamericanos en forma consecuente.
EEUU Y CHILE JUNTOS EN LA SEGREGACIÓN DEL SUR DE PERU
Marzo 4 de 2008
Efraín Choque Alanoca
A diferencia de los intentos separatistas de inicios del siglo XIX en el sur peruano, alentados –en último análisis- por proyectos subcontinentales como el de Bolívar y Portales, el actual y reciente obedece a intereses económicos y geopolíticos yanquis, claro, asociados a los del Estado chileno.
Hace poco leímos con estupor como un agente yanqui, Marc Falcoff, ex diplomático en Kosovo, especialista en la segregación de la antigua Yugoslavia y de la ocupación militar norteamericana para la llamada “limpieza étnica”, fue trasladado a La Paz para hacer la misma labor activa a favor del separatismo del departamento de Santa Cruz. Hoy, el gobierno aprista del Perú, acaba de reconocer el nuevo Estado de Kosovo, haciendo un claro servicio a los intereses imperialistas norteamericanos.
La tesis de Falcoff sostiene que a Bolivia la dividirán en dos países sus diferencias raciales y geográficas “quizás irreconciliables” de acuerdo a su “principal” producto de exportación: la región del altiplano exportadora de coca, de donde proviene el actual presidente Evo Morales; y las tierras bajas, encabezadas por el departamento de Santa Cruz, productoras de gas natural.
La nación cocalera estaría dominada principalmente por indígenas, y las tierras bajas por gente de ascendencia “más europea”. A la diplomacia expansionista chilena Falcoff le ha vendido la idea que de ser creada la “República de Santa Cruz”, tendrá relaciones absolutamente normales con Chile.
Pero la tesis de este agente oficial yanqui no sólo sostiene la desintegración de Bolivia sino del sur peruano. Plantea que Chile por tener una democracia más sólida, será un reducto infranqueable frente a las amenazas del estallido étnico andino, que buscaría estructurar una Nación Aymara en la zona circunlacustre peruano-boliviana.
Se trata en verdad de una tesis racista, chovinista, y ultraderechista que los gobernantes peruanos coinciden en el fondo, pues ¿cómo se explica su accionar contra los sectores populares del sur –que históricamente están vinculados a una votación contestataria al sistema- a los que secularmente posterga y discrimina?, la decisión respecto a que Cuzco no sea sede de APEC y la renuncia al desarrollo de una verdadera política integral de fronteras con Chile y Bolivia parecen confirmar nuestra posición.
Los intereses de los sectores ultraconservadores de Chile buscan conformar la llamada república federal de Santa Cruz para debilitar y dividir el Estado Boliviano y creen con ello “contribuir” a la conformación de la 'Nación Aymara'. Esto “(…) puede significar el fin de la república de Bolivia y unificar el Collao boliviano con la región de Puno en Perú -el Collasuyo-; y apartar las tierras bajas de Santa Cruz, Tarija, Pando y el Beni, colonizadas por extranjeros.
¿La Nación Aymara llegará al mar? Esta opción es viable, porque los aimaras ya son mayoría en las tierras costeras de Tacna y Moquegua y allí la bandera de siete colores está reemplazando al bicolor peruano. ¿Acaso un "Estado-colchón" entre Perú y Chile?" (Véase: diario La razón. 3.9.2007) que reproduce algunos fragmentos del extenso artículo publicado el 2005, atribuido al geógrafo chileno Alejandro Pérez Wellman -aunque otras fuentes le atribuyen un origen clasificado, como de servicio secreto- y se conoció poco antes del proceso electoral chileno, vinculado al candidato pinochetista Joaquín Lavín.)
Al respecto César Lévano nos recuerda que en cuanto “a la artimaña de estimular un separatismo aymara, bueno es recordar que fue José Carlos Mariátegui el primero que se opuso a esa salida, planteada por comunistas dogmáticos y seguidistas –entre ellos Eudocio Ravines– en los años treinta, apenas muerto el Amauta.
En 7 Ensayos descuella su defensa de la unidad peruana.” (Ver Editorial diario La Primera. 29.02.2008). Basadre, por su lado, también era partidario acérrimo de “mantener la personalidad colectiva” y favorecer la participación en el quehacer común nacional.
Los intereses de los sectores ultraconservadores de Chile, al igual que los de los yanquis pugnan por la ruptura de Bolivia y Perú y su integridad como entidades políticas. Los sectores políticos mayoritarios bolivianos (incluido el MAS de Evo Morales) pugnan por la unidad nacional de todo Bolivia y así reza la nueva Constitución.