La guerrillera de las FARC Nelly Ávila, alias Karina, considerada una de sus más "sanguinarias" dirigentes del grupo insurgente colombiano, se entregó el domingo a las autoridades de su país, tras dos décadas en el grupo paramilitar marxista.
Ávila, de unos 40 años y jefa del Frente 47 de las FARC, es acusada de unas cuatro masacres cometidas en la región de Urabá (noroeste) entre 1994 y 1996, así como de decenas de secuestros y ataques a la fuerza pública.
Entre estos últimos se le atribuye la toma de un batallón en Juradó en diciembre del 1999, en el cual murieron 25 militares y otros 12 fueron hechos cautivos.
Asimismo, en diciembre del 2005, comandó un ataque a la Policía en San Marino (noroeste), con el saldo de ocho agentes muertos y 30 retenidos (liberados después), según las autoridades.
"Se caracterizaba por su crueldad y audacia, por las masacres y los golpes que dio a lo largo de 20 años en la guerrilla, por eso era un objetivo militar muy importante", declaró ayer el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. "Se había vuelto una leyenda. Tenía agallas para cualquier tipo de operación y esa clase de gente en la guerrilla asciende muy rápido; llegó a uno de los puestos más importantes que ha tenido una mujer en la organización", añadió.
Karina, de aspecto recio, se entregó al Servicio de Inteligencia colombiano (DAS) en el Municipio de Argelia, departamento de Antioquia, tras contactos con ese organismo y el impulso de su hija adolescente, que actuó como "garante", según el parte oficial.
"Dijo que estaba cansada de la guerra y que el acoso del Ejército estaba muy fuerte. Además, contó que la hirieron y que no quería seguir llevando la vida que tenía", informó una fuente del DAS que estuvo al tanto de la entrega de la temida guerrillera.
Con Karina termina una época para las FARC en esa zona del occidente colombiano. Ella era la jefa del Frente 47 y el propio Secretariado le encargó desde el año pasado la seguridad de uno de sus siete miembros: Iván Ríos.
Precisamente Rojas, el guerrillero que traicionó y asesinó a Ríos, era uno de los hombres de confianza de Karina, que según sus captores lleva en su cuerpo las marcas de la guerra. No solo tiene afectado un ojo sino varias cicatrices producto de enfrentamientos con el Ejército y los ‘paras’.
La entrega de Karina es el sexto golpe a la guerrilla en poco más de siete meses, tras la muerte de piezas claves como Acacio, Martín Caballero, Raúl Reyes. Iván Ríos y la captura de Martín Sombra.
¿Qué representa? Es, sin duda, la insurgente más importante que hasta hoy se ha entregado a las autoridades. No estaba en el Secretariado ni en el Estado Mayor de las FARC, pero su fama de guerrera era conocida por todos los miembros de la guerrilla. Verla voluntariamente en manos del Estado golpeará la moral del grupo.
Karina negó ayer haber participado en el asesinato Alberto Uribe Sierra, padre del presidente colombiano Álvaro Uribe. "Yo no tengo mis manos manchadas en ese hecho", dijo la guerrillera. "No conozco ni nunca supe quién fue el que asesinó el padre del Presidente".
La rivalidad ente el presidente Uribe y la insurgente tiene muchos años. Cuando el Mandatario fue gobernador de Antioquia ella fue uno de sus principales dolores de cabeza, pues estuvo al frente de decenas de secuestros y de las masacres de las FARC en la zona de Urabá. Y desde que llegó a la Presidencia en el 2002, en varios discursos públicos llamó a las Fuerzas Armadas para que llegaran hasta ella. Una vez llegó a decir "esta se la vamos a ganar".