Para el ex ministro, Carlos Herrera,tras los atentados en París, se preveía que el precio se alzara, sin embargo, ese escenario ha sido contrario.
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Los futuros del petróleo ya han perdido cerca del 60% de su valor desde mediados del 2014 a medida que los suministros exceden a la demanda en un rango de 0.7 millones a 2,5 millones de barriles por día (bpd) y generan un superávit que según analistas se extendería hasta avanzado el 2016.
Una reciente alza de número de contratos de venta (posiciones) a ejecutarse en marzo, que refieren un valor de US$35 por barril en el Brent y el petróleo en Estados Unidos, sugiere que los operadores coinciden con el banco y esperan que los principales referenciales del crudo bajen en los próximos meses.
Para el barril en Estados Unidos, las posiciones de venta ligadas a un valor de US$30 por barril se han más que duplicado desde el 10 de noviembre, pero se han mantenido estables a un nivel más modesto para el Brent.
Esto coincide con una perspectiva general de que mientras los precios del crudo se mantengan presionados en el mediano plazo, los valores del barril en Estados Unidos podrían caer más rápido y en mayor medida que el Brent.
Al respecto, el Ing. Carlos Herrera Descalzi, ex ministro de Energía y Minas, señala que si se tiene en cuenta que los acontecimientos ocurridos en medio oriente significa riesgo de que se pueda cortar suministros, en otros años se levantarían los precios, sin embargo no ha sucedido, debido a que la economía del mundo va en desaceleración evidente, y debido también a que la subida de precios permitió aumentar reservas.
Luego de lo ocurrido en París, lo que se esperaba es que el petróleo subiera su precio pero se ha dado otro escenario. El Perú es importador, sin embargo, la caída en los precios del petróleo no se reflejan en el precio final que recibe el consumidor. Exportamos también los líquidos de Camisea, y eso nos desfavorece porque también los precios bajan.
Sobre la caída del cobre, Herrera Descalzi señala que esto hace que las empresas mineras se vean obligadas a reducir sus costos, comprando menos, y eso afecta indirectamente a todos los proveedores, al Estado y los Gobiernos Regionales, Municipales y locales.