Gesta heroica que todo peruano debe recordar como símbolo de la importancia de la unidad entre la población civil y militar para defender a la patria.
El combate naval del 2 de mayo fue el último episodio de la guerra que enfrentó a Perú y Chile contra España.
El Perú conmemora hoy los 150 años del combate naval del 2 de mayo, último episodio de la guerra que enfrentó a Perú y Chile contra España, y tuvo la particularidad de involucrar no solo a militares en la defensa de la soberanía nacional sino también a la ciudadanía en general.
Al respecto, el presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, a través de su cuenta de Twitter, recuerda que hoy se conmemora un aniversario por este combate naval.
De lo acontecido el 2 de mayo de 1866, debemos resaltar el accionar conjunto de miembros de la Armada y del Ejército a cargo de las defensas en tierra, como la de los marinos que dotaron la división naval peruana.
Durante más de 8 horas las fuerzas peruanas repelieron el ataque de la armada española desde el puerto del Callao.
La victoria alcanzada aquel día por las fuerzas peruanas, que dañaron seriamente varias naves españolas, no hubiera podido ser alcanzada sin el liderazgo de José Gálvez, quien perdió la vida heroicamente durante el combate.
Finalmente, respecto a España, la guerra con el Perú y Chile, compartiendo la opinión de algunos historiadores españoles, constituyó una intervención que procuró un fugaz y discutible prestigio internacional, cuyos costos elevados no se justificaban en modo alguno.
Unos 50 cañones estaban preparados para enfrentar a una flota de siete barcos de guerra españoles con 300 cañones.
A las 12:15 del mediodía de aquel 2 de mayo de 1866, se abrió fuego desde el buque español Numancia; luego del segundo disparo, los peruanos procedieron al ataque.
Pasados 53 minutos del enfrentantamiento hubo una explosión en la Torre La Merced. Allí estaba José Gálvez quien murió junto a otros 27 valientes en defensa de nuestra soberanía.
El Combate culminó a las 5 de la tarde. La escuadra española se retiró con sus embarcaciones averiadas, sus muertos (muchos de los cuales fueron enterrados en la isla San Lorenzo) y heridos.
Una gesta heroica que todo peruano debe recordar como símbolo de la importancia de la unidad entre la población civil y militar para defender a la patria.