La final del fútbol peruano tuvo puntos altos y bajos. Rimenses y arequipeños se vieron las caras dos veces y ofrecieron un espectáculo pobre.
(ClubSportingCristal.pe)
Sporting Cristal logró consagrarse campeón luego de jugar dos finales con Melgar de Arequipa. El empate 0 – 0 obtenido en el estadio Nacional fue el resultado más cómodo que se le pudo presentar para conseguir su estrella número 18.
Claramente, estamos hablando de uno de los equipos más sólidos del fútbol peruano. Detrás de ello, existen algunos puntos determinantes que debemos analizarlos, para lograr entender una final de tamaña envergadura.
En primer lugar, la confianza de los dirigentes hacia el comando técnico y jugadores cerveceros, fueron suficientes para poder lograr los resultados que esperaban. El argentino Mariano Soso durante la temporada fue puesto en el ojo de la tormenta por no encontrar un funcionamiento en su estilo juego.
No estamos hablando de un equipo ofensivo sino de uno que busca siempre defenderse y luego salir de contragolpe. Un controversial estilo que a la larga le terminó gustando.
Al fin y al cabo, eso es lo que manda. Sin embargo, durante el campeonato, la dirigencia lo mantuvo en su cargo y respetaron el proceso que tanto se pide en el mundo del futbol. En segundo lugar, la inestabilidad, los resultados adversos y la cobertura mediática en contra, no fueron obstáculo para lograr el campeonato.
Por otro lado, es cierto que estamos hablando de una final que tuvo dos empates pero que, a la larga en estos tres últimos años, podemos decir que Sporting Cristal es el equipo más regular de nuestro futbol.
En tercer y último punto, Melgar no pudo doblegar a los cerveceros en ambos partidos. Juan Reynoso buscó por todos los medios hacerles daño, pero su fórmula no fue efectiva.
Los rimenses aprovecharon las pocas opciones que tuvieron y terminaron levantando la copa. Por ahora, Sporting Cristal, festeja. Melgar buscará seguir por este rumbo, pero el título, ya está perdido.