Taxista hizo una carrera al joven que estaba con la jubilada antes del deceso. En entrevista con RADIO UNO dio detalles de lo que conversó con el sujeto.
Hizo una carrera al joven que estaba con la jubilada antes del deceso.
La enfermera jubilada Ana Manuela Salamanca Pilco (65) murió esta mañana tras ser acuchillada en su vivienda de la avenida Municipal y por el momento la policía investiga quien o quienes son los asesinos que perpetraron el crimen.
Por ahora se conoció que la profesional fue atacada en el segundo piso de su vivienda y tras ser maniatada sufrió cortes letales en a la altura del abdomen, espalda y piernas.
La jubilada estaba acompañada de un joven varón de entre 20 y 25 años de edad, quien alegaba ser el nieto. Este sujeto fue quien pidió ayuda para evacuar a la mujer hasta el hospital Hipólito Unanue donde se produjo el deceso.
RADIO UNO pudo dialogar con Efraín Acero Colquehuanca, el taxista que recogió al joven desde el hospital y lo llevó a la casa donde se produjo el crimen.
«Yo siempre trabajo en esa zona, por emergencia, y sale el joven desesperado (…) chancó el carro y dijo que lo lleve, que iba a traer plata porque estaban atendiendo a su abuelita que estaba grave. Yo lo llevó rápido porque se supone que es una emergencia y al llegar se baja. El joven tenía llave de la casa pero me dice que como había jalado supuestamente la puerta con fuerza se ha echado el seguro. Entonces se desespera más porque no tenía como entrar. Entonces me dice que lo cargue para que suba por el techo. Y subió normal. (…) Ha entrado, sacó plata y me pagó del taxi y me dijo que iba a cambiarse. Estaba descalzo incluso el joven», relató.
Durante el trayecto el joven no paraba de culparse por lo que estaba pasando, pero nunca aceptó que había sido él quien atacó a la mujer, mencionó el taxista.
«El joven estaba desesperado, el mismo decía la culpa la tengo yo, es mi abuelita tengo que llamar a mi hermana que está en Lima (…) él decía que era su abuelita».
DATO. Algo que llamó la atención del taxista es que además de estar descalzo, el joven usaba una capucha que nunca quiso quitarse de la cabeza.
Efraín Acero Colquehuanca se presentó voluntariamente ante la Policía para contribuir con las investigaciones.