En la homilía, el Obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, manifestó que sólo se progresa cuando las autoridades y ciudadanos se unen.
Foto: Radio Uno
Con motivo de celebrarse el 196° aniversario de la independencia del Perú, el Obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, Marco Antonio Cortez Lara, presidió la misa Te Deum en la catedral de Tacna.
En su homilía, la autoridad religiosa, manifestó que es necesario leer la historia del Perú con la mejor actitud para forjar una Nación para todos los peruanos.
“No queremos criar una sociedad que se caracterice por la discriminación, donde crezca más la brecha entre pobres y ricos, por ello es necesario leer la historia de Perú con una actitud humilde y ligera, no es posible que la desconfianza nos haga retroceder en el camino de la búsqueda, por eso me atrevo a decir que cuando el protagonismo descontrolado se apodera del corazón humano lo que se obtiene son frutos malos y amargos, es necesario que todos contribuyamos a forjar la Nación de todos los peruanos y para todos los peruanos”.
Asimismo, señaló que la intolerancia destruye una sociedad, por lo que pide que tanto autoridades como ciudadanos se unan a fin de generar progreso y desarrollo en la región.
“Estoy firmemente convencido que la agenda que lleva a la superación no tiene nada que ver con la propuesta de generar desunión, desconfianza (…) no olvidemos que la intolerancia acaba destruyendo una sociedad (…) recordemos que sólo se progresa cuando las autoridades y los ciudadanos se unen para contribuir a su crecimiento y desarrollo, no para tirar piedras unos a otros”.
Finalmente, indicó que es necesario confiar en el “compañero de camino” para no caer en el sistema de la corrupción.
“Países que se ven sumergidos en este espiral de violencia que tiene su origen en el corazón del hombre, en ese terrible fenómeno del individualismo y egoísmo que sólo busca beneficios de personas o de grupo (…) ya es hora de crear una mentalidad nueva que prevea el no caer en estos sistemas de corrupción (…) los cristianos y todas las personas de buena voluntad estamos llamados a generar un vínculo de unidad, en el respeto mutuo, en la serena convivencia, en la aceptación de que somos distintos y tenemos que aprender a respetarnos, hay que confiar en el compañero de camino sin recelos y desconfianza”.