El líder del Partido Nacionalista Peruano, Ollanta Humala Tasso, considera que el gobierno del presidente Alan García sufre una crisis de confianza y credibilidad, ocasionada por la incapacidad de cumplir sus compromisos electorales y sus promesas hechas durante los primeros años de gestión.
"La confianza no sólo la necesitan los inversionistas extranjeros y nacionales, sino la población, que no le cree a García, que lo ve como un mentiroso que no tiene honor para cumplir sus promesas de campaña y hechas durante su gobierno", expresó en diálogo con Radio Uno.
Asimismo, criticó duramente la actitud tomada por el Ejecutivo de emitir dispositivos legales, como el Decreto Legislativo 1015, que en ningún momento fue consultado con los representantes de las comunidades nativas y amazónicas del interior del país.
"Cuando van a promulgar en materia económica, el gobierno consulta con la CONFIEP, con el sector bancario nacional, con la Sociedad Nacional de Industrias, hasta con el Grupo Romero para dar una ley; pero cuando se trata de dar un dispositivo que afecta a la estructura y a la soberanía de las comunidades nativas de la selva o de cualquier comunidad del pueblo no se le consulta, se le aplica al caballazo", sentenció el nacionalista.
"Mientras que de otro lado, Alan García exige confianza a las comunidades pero es el propio gobierno que se aprovechó del paquete legislativo para meter un dispositivo que no guarda mayor relación con el TLC, en este sentido las comunidades las comunidades tiene pleno derecho de levantarse para impedir lo que se pretende aplicar", agregó.
En otro momento de la entrevista, Humala Tasso señaló que la excusa de buscar una mejor calidad de vida no es comprensible, porque la estrategia es errónea, debiendo buscar el ingreso de las comunidades oriundas al mercado global integrando al ciudadano y no a sus tierras, las cuales quedarían indefensas ante corporaciones de biocombustibles, mineras o petroleras.
Además calificó de "sinvergüencería" a las opiniones vertidas por el Ejecutivo que acusan una infiltración ideológica y económica en las protestas iniciadas el pasado 8 de agosto. "Decir que hay incentivos de terceros para que el pueblo se levante me parece un insulto", culminó.
