La Fuerza Aérea Peruana (FAP) celebra hoy el 66to. Aniversario de su Creación Institucional, fecha simbólica pues en realidad representa la efeméride de la Inmolación de su patrono, el Capitán FAP José Abelardo Quiñones, héroe de la Guerra de 1941, primera oportunidad en la que nos enfrentamos al vecino país de Ecuador.
Esta mañana desde la plaza homónima del héroe, ubicada en el distrito de Alto de la Alianza, las autoridades locales acompañaron a la alta oficialía de la Fuerza Aérea en Tacna y a su personal de tropa en una representativa ceremonia central.
El discurso de orden estuvo a cargo del Comandante FAP César Augusto Valera Rivera, quien en su alocución destacó la valentía, patriotismo y arrojo del joven Quiñones, póstumamente ascendido a capitán.
Luego del izamiento del pabellón nacional y la omilía se desarrolló un desfile militar, donde participó la oficialía y el personal subalterno del FAP, la PNP y el Éjército Peruano; las actividades concluyeron al mediodía con un brindis de honor y la premiación del Concurso Literario en el Salón Quiñones de la Casona Fap ubicada en la Calle Billinghurst 212.
El concurso estuvo desmembrado en tres categorías: público en general, escolares y personal de FF.AA., resultando ganadores el docente de la I.E. Cristo Rey Rosales Amado, Richard Roque Acero, estudiante de la misma I.E. y la Cabo FAP Marita Alanoca.
SU SACRIFICO
Habían pasado tres años desde que Quiñones (Chiclayano de nacimiento y aficionado al vuelo en planeador desde muy pequeño) se había recibido como alférez de la Escuela Central de Aviación "Jorge Chávez", corría el año 1941 y había estallado el conflicto armado con Ecuador.
La primera división ligera del Perú, integrada por nuestro héroe, se había fijado la misión de recuperar la frontera, en maniobra apoyada por la aviación sobre Quebrada Seca.
El 23 de julio de 1941, la 41° Escuadrilla despegó de Tumbes para cumplir su misión, ésta estaba al mando del teniente comandante CAP Antonio Alberti e integrada por los tenientes CAP Fernando Paraud y José Quiñones y el alférez CAP Manuel Rivera, a bordo de los aviones caza North American NA-50 "TORITO".
Pocos minutos después de la partida ya estaban sobre el objetivo e iniciaron el bombardeo del puesto ecuatoriano de Quebrada Seca. Cuando el aparato XXI-41-3, pilotado por el teniente Quiñones, efectuó el descenso para lanzar sus bombas, fue alcanzado por el fuego de las baterías antiaéreas del Ecuador.
Las llamas envolvieron al avión y Quiñones, lejos de utilizar el paracaídas, en el que era un experto, condujo su máquina hacia las baterías norteñas y las destruyó totalmente. El oficial que un día había jurado defender la patria hasta con la propia vida, cumplió su promesa y cumplió su misión.
CEREMONIA Y DESFILE