Aquel instrumento que iluminaba sus noches invernales fue la causante de una pérdida irreparable para una humilde familia tacneña. Todo indica que una vela inició un voraz fuego que terminó por consumir completamente una precaria choza y la vida de una pequeña niña de tres años, en la Asociación de Vivienda "El Pacífico" (cerca de la Av. Collpa entre Calana y Pocollay).
Según versiones de los testigos, luego de que Zayda Gaspar Huayna regresó de su diario quehacer salió nuevamente de su vivienda para comprar el pan y así esperar con algo de comida a su esposo Juan Solorzano Cabrera que labora como obrero en la Municipalidad Distrital de Calana, sucediendo el siniestro en el corto espacio que demoraron en regresar.
"Seguro que han estado con vela, nos hemos dado cuenta cuando los perros han comenzado a ladrar", manifestó una vecina del lugar.
Dos de sus menores hijos – Juan Miguel (8) y Abigael (5) – lograron salir de su hogar en llamas, quedándose Ángela, la más pequeña de los tres, rodeada por el humo y el fuego, el mismo que terminó por devorar su cuerpecito y parte del corazón de Juan (el padre de la criatura) y Zayda.
Al lugar de los hechos llegaron raudamente miembros de la Compañía de Bomberos Voluntarios del Perú en dos unidades vehiculares, así también un patrullero de la PNP, pero a pesar de batallar contra las rojizas lenguas no pudieron salvar la vida de la menor.
Luego de que venciera el poder del agua, un trágico cuadro se mostró frente a los bomberos, policías y curiosos que rodeaban la choza: unos cuantos palos parados rodeaban un espacio en cuyo centro se emplazaba una cama hecha cenizas… y a los pies el carbonizado cuerpo de la niña, en posición de cubito ventral y con su carita mirando al suelo, enterrando en hollín sus mejillas nunca más rebosantes de vida.