Fue un amanecer diferente en Vilavilani, los 250 habitantes del pueblo y sus anexos jamás habían recibido una delegación tan numerosa de visitantes; alrededor de 350 personas provenientes de Tacna, Pocollay, Calana, Pachía, Yabroco e Higerani, liderados por sus autoridades ediles y por los dirigentes del Frente Amplio de Defensa del Medio Ambiente (FADMA), quienes se movilizaron hacia el lugar con la finalidad de impedir se desarrolle la audiencia del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Pucamarca.
Tras los violentos actos, la Empresa Minera del Sur – MINSUR, decidió iniciar con la audiencia, la misma que se extendió por dos horas, desarrollándose breves exposiciones, una rueda de preguntas escritas y una rueda de preguntas orales.
En el desarrollo de la misma se notó claramente la preparación previa que los pobladores locales recibieron acerca de temas sensibles desconocidos por la mayoría de ciudadanos de a pie, hecho por demás cuestionable; así mismo la presencia numerosa de asistentes respondió a que –según trascendidos- MINSUR y la comuna de Palca otorgaron platos de Cau Cau como desayuno y prometieron un almuerzo a los humildes lugareños.
Pero el principal móvil de los habitantes de Vilavilani fue el olvido, pues guardan en sus corazones y su memoria un gran resentimiento por años de exclusión a servicios básicos de calidad como la educación y la salud pública.
MINSUR se ha comprometido con ellos a cumplir con un compromiso social soslayado por las autoridades durante décadas, pero a un costo que ni siquiera sus representantes locales quieren medir.