Un llamado a la esperanza de los estadounidenses para afrontar los grandes retos que les espera y superar los impases presentados, apeló el nuevo presidente de los EE.UU. Barack Obama, tras su juramentación en el cargo ante el juez de la Corte Suprema John Paul Stevens; oficiado en la escalinata del Capitolio y ante la misma Biblia que utilizó Abraham Lincoln en 1861.
El hilo conductor de su discurso fue el tema de la crisis, tanto económica como de prestigio, que enfrenta Norteamérica; producto de la codicia y la irresponsabilidad de algunos. "Hoy les digo que los retos que enfrentamos son reales, son serios y son muchos. No podremos superarlos fácilmente o en un corto periodo de tiempo. Pero sabemos que como EE UU: los superaremos".
Frente a este problema mundial, el primer presidente afroamericano se comprometió en que su gobierno actuará de manera audaz y rápida para enrumbar la recuperación de la crisis económica.
Asimismo, solicitó a sus conciudadanos asumir "una nueva era de responsabilidad" en sus vidas y un nuevo papel para su país en el mundo. Aseverando que a partir de la fecha se debe poner de nuevo manos a la obra y reconstruir el país.
"Necesitamos una nueva era de responsabilidad de todos los norteamericanos. Esto define nuestro carácter, nuestro espíritu, ese es nuestro desafío. Dios nos pide que tengamos fe frente a nuestro destino".
También recordó los periplos de la comunidad afroamericana para llegar a América y "alcanzar la grandeza".
"La grandeza nunca le llega a aquellos que prefieran no trabajar no esforzase. Le llegan a los hombres y mujeres que superan la oscuridad. Nosotros debemos atravesar océanos para llegar a esa grandeza. Todos nuestros antepasados fueron a Normandía en la Segunda Guerra Mundial. El tiempo le da la razón a aquellos que lucharon para que nosotros seamos más grandes, más perfectos. Seguiremos siendo la nación más poderosa y próspera de la tierra", prometió.
Prometió finalmente, "un ojo vigilante" sobre los mercados y aseguró que los Estados Unidos está "listo para retomar el liderazgo".
Rodeado de millones de norteamericanos que aguardaron durante horas el traspaso de mando, es el primer mandatario negro que gobierna ese país. Su gran desafío será enfrentar las consecuencias de la crisis financiera global.
