Según la madre, le informaron que su hija contrajo COVID-19, pero no le entregaron certificado de contagio. La pequeña viajó para ser operada de un tumor en el abdomen.
Madre de familia corrió con gastos médicos.
El 9 de enero el director del hospital Hipólito Unanue, Edgar Concori, informó a Radio Uno que una niña de 13 años de edad era derivada al Hospital del Niño en San Borja para ser operada de un hemangioma hepático gigante, un tumor en el abdomen que la hacía lucir como una gestante a término.
Lamentablemente la paciente procedente del distrito de Chucatamani (provincia de Tarata) falleció a las 11:00 p. m. del 17 de enero, según reveló su madre, Santa Miranda. A Radio Uno dijo que horas antes la citaron junto a su esposo para informarle que su hija contrajo COVID-19.
“El domingo me dijeron que vaya urgente con mi esposo, tu hija se contagió de COVID-19, yo me hice prueba molecular y ninguno tenía COVID-19, cuando voy el lunes al mediodía me dicen que mi hija falleció a las 11 de la noche”, relató.
La inconsolable madre de familia mencionó que vio con vida a su pequeña por última vez el 15 de enero, tras la cirugía, en horario de visita, “me agarró de la mano, pensé que estaba bien”, comentó.
“El martes (12 de enero) entró a operación por tumor hepático, que me dijeron que no salió bien que no le sacaron el quiste solo el hígado y como ya quedó en camas UCI yo tenía visita de media hora el viernes y fui a verla”, mencionó.
No se explica cómo su hija pudo fallecer con COVID-19 si – afirmó- las pruebas previas a la operación arrojaron negativo. Peor aún, luego de lo ocurrido -aseveró- el personal médico se negó a entregarle la constancia que pruebe el contagio.
“Acá (Tacna) estaba bien, en Lima también me hicieron la prueba, no tenía yo COVID-19, ni mi hijita ninguno tenía COVID, pero cuando falleció me dieron el resultado de que tenía COVID, pedí que me dieran la hoja donde debía constar que yo tenía COVID, pero no me dieron. Los doctores se escaparon, se hicieron los locos, yo como primera vez viajo con mi hija no podía que hacer tuve que andar llorando buscando y así me he regresado”, contó entre lágrimas.
Recalcó que, si bien el traslado a Lima lo cubrió el Sistema Integral de Salud, los gastos de estadía fueron solventados gracias a los fondos recaudados mediante una pollada y con ayuda del municipio de Chucatamani.