Como era de esperarse, de manera considerable se incrementó el número de personas que desde tempranas horas acudieron al Terminal Pesquero, para abastecerse de productos hidrobiológicos y cumplir así con el mandato de no comer carnes rojas durante el Viernes Santo.
Los productos preferidos por la población tacneña fueron el perico, la caballa, el jurel, además de otra clase de mariscos como el pulpo, los choros y la pota, todos ellos elegidos no sólo por su sabor, sino también por ser los más económicos.
No faltaron en este centro de abastos, las truchas ofertadas por algunos pobladores de la provincia de Candarave, ni las hamburguesas de pescado, que muy ingeniosamente prepararon estudiantes de la facultad de Industrias Alimentarias de la Universidad Nacional.
Sin embargo, como es costumbre la gran afluencia de la población hace brotar el ánimo lucrativo de los comerciantes, quienes en algunos casos intentan engañar con los precios a los compradores.
Para evitar que esto suceda, la Municipalidad Provincial dispuso la instalación de balanzas reguladoras, en las cuales se puede corrobar si se les entregó la cantidad exacta por la cual pagaron.
Para garantizar además la calidad de los productos marinos, en días previos a la fecha se realizaron operativos inopinados.