A los 90 años murió Fernando Karadima, expulsado del sacerdocio luego que se comprobara que cometió delitos sexuales.
El deceso se produjo la noche del domingo en el Hogar San Juan de Dios y, según consta en su certificado de defunción murió de una bronconeumonía, insuficiencia renal, diabetes mellitus e hipertensión arterial.
Hace algunas semanas, Karadima había concurrido hasta la urgencia del Hospital Clínico de la Universidad Católica, donde no pudo ser internado de inmediato ante la alta ocupación de camas por la covid-19. En aquella oportunidad sufría problemas cardíacos.
La historia de Karadima fue uno de los casos emblemáticos de la Iglesia Católica chilena en materia de abusos sexuales, en una arista que terminó golpeando hasta el papa Francisco.
En 2004 se presentaron una serie de denuncias en su contra por parte de feligreses y de ex sacerdotes, quienes lo acusaron de abusos sexuales y de poder, situación que derivó en una extensa investigación.
El Vaticano anunció a comienzos del 2011 que Karadima fue sentenciado a una «vida de retiro en oración y penitencia», además de la prohibición perpetua del ejercicio público de cualquier acto religioso.
Esta sentencia llevó al cardenal Francisco Javier Errázuriz a realizar una histórica petición de perdón a las víctimas por la lentitud en el proceso investigativo.
Sin embargo, el caso no avanzó en materia judicial, ya que se consideró que los delitos -que sí ocurrieron- se encontraban prescritos. Finalmente, esta situación llevó al pago de una indemnización de más de 300 millones de pesos a las principales víctimas: Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo.
En el marco de su visita a Chile en el 2018, el papa Francisco se reunió con los denunciantes, lo que derivó en una visita oficial del obispo Charles Scicluna al país con el fin de recibir mayores antecedentes sobre delitos de carácter sexual.
Posteriormente, el pontífice decidió expulsar a Karadima del sacerdocio.
(Con información de Cooperativa cl.)