Para el excongresista Gino Costa, el Gobierno ha demostrado hasta la fecha estar dispuesto a defender a su ministro de Trabajo, Iber Maraví, con todos los recursos que tenga a la mano, incluida la cuestión de confianza. A decir de Costa, la posición que ha tomado el Gobierno es muy grave.
“Lo más extraño es hacer cuestión de confianza por un ministro que va a ser censurado por sus vinculaciones con Sendero. Eso significa que el Gobierno le anuncia al país que no está dispuesto a perder a un ministro que está cuestionado por ser miembro de Sendero Luminoso. Eso es muy grave”, manifestó Costa.
La noche del jueves, diversas bancadas del Congreso confirmaron que presentarán una moción de censura contra el ministro Maraví, luego de escucharlo en la sesión de interpelación celebrada ese mismo día.
El anuncio previo hecho por el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, de estar pedir cuestión de confianza al Congreso si es que censuran al ministro Maraví, es una forma en que el Ejecutivo pretendería obligar al Legislativo, según dijo Costa, a renunciar a su potestad constitucional de control político. El excongresista subrayó que lo peligroso del panorama político es que todo esto sucede a dos meses de haber iniciado el nuevo gobierno.
“Normalmente eso ocurre muy avanzado un gobierno. Además, normalmente no se presentan. Quizá se censura a un ministro, pero lo que ocurre es que, si hay descontento en el Congreso con un ministro, como hoy ocurre con el señor Maraví, ese descontento es recogido por el presidente de la República”, refirió, al tiempo que recordó que hace apenas un mes, Bellido solicitó a Maraví la renuncia al cargo ministerial.
“Al mantenerse Maraví en el gabinete, le hace daño a su gabinete y le hace daño al gobierno del señor Castillo. Pero el señor Castillo insiste en mantenerlo porque es maestro como él, tiene una trayectoria en el magisterio y una trayectoria sindicales más cercanos al Movadef”, agregó.
Costa sugirió que la mejor opción es que el presidente Castillo sea quien directamente haga cambios en el gabinete, antes de insistir en la confrontación con el Congreso, y el cambio debe comenzar con el retiro de Guido Bellido de la presidencia del Consejo de Ministros.