Más de 5.000 personas murieron y decenas de miles resultaron heridas después de que un terremoto de magnitud 7,8 sacudiera Turquía y Siria el 6 de febrero. Para el presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera, esta tragedia es un urgente llamado a la prevención en Perú.
Y es que, es esperada una catástrofe mayor en el país, según estudios del IGP. «Si no ocurre un sismo grande como 2001, por ejemplo, y los años siguen incrementándose y no ocurre otro, lo único que está ocurriendo es que se está acumulando más energía y cuanto más tiempo pasa hay más energía y por lo tanto el sismo será mayor».
Ya el IGP ha mostrado como resultado de sus investigaciones un posible terremoto de magnitud 8.5 frente a Lima. Otro de magnitud 8 en el sur, frente a Tacna y Moquegua por acumulación de energía desde 1868. Sumándose a este el norte de Chile en donde se acumula energía desde 1878 «y ahí hablamos de un sismo mayor que afectará el sur del Perú».
Contrario a lo que se cree, «los terremotos son necesarios (…) para la evolución del planeta y son necesarios para la vida de la población. El tema es que nosotros siempre nos ponemos en el camino, donde estos procesos se desarrollan o lo hacemos totalmente de una manera inadecuada», mencionó a fin de invocar a la adecuada construcción de viviendas.
En explicación sobre lo ocurrido en Turquía y Siria, mencionó el choque de placas en la falla de Anatolia, similar a dos vehículos colisionando de costado, a diferencia de las placas ubicadas frente a la costa de Perú que chocan frontalmente. Además, la tragedia se desató debido a la poca profundidad provocando un movimiento con tal fuerza que trajo abajo construcciones mal hechas causando muerte a su paso.