En el inicio de su tercer año de gobierno, el presidente se dirigió por una hora al país desde el Congreso, donde solo enumeró algunos logros y no hizo grandes anuncios.
No hubo sorpresas, no hubo autocríticas, solo una hora donde enumeró algunos logros. (Foto: Internet)
El presidente Ollanta Humala se dirigió al país en un Mensaje a la Nación que no trajo novedades y menos autocrítica, pese a que inicia su tercer año de mandato peleado con la calle, que se refleja en su nivel más bajo de popularidad y golpeado por sus propios errores políticos.
“Ahora no solo se trata de crecer para incluir, sino de incluir para seguir creciendo”, alegó al inicio de su discurso que, como él mismo anticipó, no traería ninguna “sorpresa”.
Pero tampoco hizo ninguna alusión a las equivocaciones que cometió en estos tres años de gestión, en los que pareció no haber mirado más allá de la ahora negada candidatura presidencial de su esposa, Nadine Heredia, y haber desatendido las demandas de fondo en seguridad ciudadana, educación y salud.
Cuando empezaba su segundo año de mandato, la perspectiva del gobierno de Humala no era sencilla y el panorama en el tercer año parece haber empeorado, en medio de un contexto internacional complicado que ya empieza a sentirse en nuestra economía y con unaconflictividad social creciente, que Humala deberá enfrentar con un liderazgo mellado y un gabinete desgastado y sin capacidad de manejo político.
El jefe de Estado dedicó la mayor parte de los 62 minutos que duró su mensaje a enumerar lo que consideró los principales logros de sus primeros tres años en el poder, entre los que resaltó el “impacto transformador” que tuvo en los jóvenes de escasos recursos el programa Beca 18 o la aprobación de la Ley ddel Servio Civil, la única reforma estructural que ha emprendido el Gobierno.
Humala tampoco hizo anuncios importantes en ninguno de los tres ejes claves (Seguridad, Salud y Justicia), y sí una lista de buenos deseos e intenciones para los dos años que le quedan por delante. “Hemos trazado un camino. Es nuestro objetivo convertir al Perú en un país industrializado, que dependa cada vez menos de sus materias primas y cada vez más del talento de sus jóvenes”, refirió.
“Hemos trazado un camino. Es nuestro objetivo convertir al Perú en un país industrializado, que dependa cada vez menos de sus materias primas y cada vez más del talento de sus jóvenes”, refirió.
El presidente cerró su discurso con una frase inusual, por decir lo menos: “Reafirmo mi voluntad de luchar y trabajar en conjunto. ¡Que viva por larga vida el Perú!”.
(Perú 21)