Miguel Ángel Rodríguez Mackay nos da su punto de vista sobre el punto Concordia como único inicio de la frontera terrestre con Chile.
Miguel Ángel Rodríguez Mackay, Internacionalista.
En una columna anterior dije: «…El punto Concordia, que era el último (266) en la ley (de Líneas de Base) y dejará de serlo, sigue siendo el punto final de delimitación de la frontera terrestre Perú-Chile». Significa que no debe prescindirse del punto de base 266, el más austral a lo largo de nuestro litoral.
Es verdad que ha dejado de ser el punto de inicio de la frontera marítima con Chile, pues la Corte Internacional de Justicia ha sentenciado que el punto de inicio es otro, establecido en la intersección de la proyección del paralelo que pasa por el Hito N° 1 y la bajamar en la orilla del mar, ya ubicado por ambos países por mandato de la Corte. Sigamos. El Tratado de 1929 expresamente dice que «…la frontera entre los territorios del Perú y Chile partirá en un punto de la costa que se denominará Concordia…». Si está en la costa, cómo entonces vamos a eliminar el punto 266.
Al contrario, este punto es fundamental para medir y diferenciar la línea de frontera de nuestra soberanía territorial intacta y la soberanía marítima de Chile en el tramo de la denominada costa seca. El Perú tiene dos puntos de fronteras delimitadas y distintas, la terrestre establecida en el Tratado de Lima y la marítima decidida recientemente por la Corte.
Sería contradictorio eliminar el punto 266 y, en nuestro perjuicio, dando pie a que Chile argumente la absurda tesis de que el triángulo terrestre les pertenece, retomando la letanía sobre el Hito N° 1 como el inicio de todo.
El punto Concordia conserva su único carácter de inicio de frontera terrestre porque está en la orilla del mar, allí donde es al mismo tiempo tierra y mar y no únicamente mar.
Miguel Ángel Rodríguez Mackay, Internacionalista. Decano de la Facultad de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Tecnológica del Perú – UTP.