En alguna ocasión atendiendo a una persona, ella me hizo un comentario que me dejó pensando por unos segundos.
Me dijo:
Pero qué pasa si me acerco mucho a la luz….
¿No me puedo quemar o fundir?
(Obviamente estaba hablando en términos espirituales).
Muchas veces pensamos que el acercarnos a la luz, es algo externo, que está fuera de nosotros y a veces da mucho miedo.
Pero la luz no está fuera de nosotros, sino que está dentro de nosotros, y mientras más te acerques a ella, más iluminas tu vida, tu ser y a los de tu alrededor.
Eso es la iluminación, “equilibrarte”, balancearte entre los 2 polos energéticos y acercarte más al centro, donde está la luz encendida. A eso se le llama iluminación.
Energía balanceada = Iluminación
Es algo obvio que no estamos iluminados aún, si no, no estaríamos aquí, pero el saber que nos estamos balanceando, que estamos en proceso de balance, que ya lo vamos entendiendo, es lo que nos acerca a la sanación y a la iluminación.
