Con una misa de acción de gracias en la Catedral, fue recordado este 3 de febrero los 38 años de orden sacerdotal del monseñor Marco Antonio Cortez Lara, obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua.
«Debo dar gracias a Dios por estos 38 años porque él me ha llamado, me ha elegido y me ha sostenido a lo largo de todo estos años», expresó.
«Mi gratitud no es una supuesta teoría es una confirmación de una realidad», afirmó.
Doblemente bendecido. Fue ordenado por el papa Juan Pablo II y fue el santo padre quien el 19 de marzo de 2005 lo nombró obispo coadjutor de Tacna y Moquegua, que «fueron los 16 últimos nombramientos que él hizo antes de morir y entre ellos estaba mi nombramiento», destacó.
Luego de recordar momentos difíciles y gratos que le ha tocado vivir como autoridad religiosa de esta jurisdicción, no dejó pasar la ocasión para hacer un llamado a buscar una solución idónea a la crisis política que aqueja al país la cual han cobrado casi 60 muertes.
«Las autoridades deben ponerse al nivel que les corresponde, como lo que se dice padres de la patria, como tutores, como tutelares, por lo tanto no es una actitud peregrina es como yo siendo obispo me me olvidara que soy obispo y me voy a pasear no sé a donde»
Siendo así, manifestó que «no puede prevalecer la actitud personal sobre la responsabilidad. Ya no podemos seguir en esta situación de una mediocridad que vamos arrastrando por años de años, décadas y décadas. Las personas no son, perdóname la expresión, no son animales de carga, tenemos derechos que nos traten como ciudadanos, yo espero de verdad una salida de la mejor manera«, enfatizó.
