Es un psicópata. En el desarrollo de último día de juicio oral por los asesinatos de Judith Machaca Cauna (20) y Nohemí Escobar Layme (14), el expolicía Paco Mamani reafirmó que mató a Judith el 28 de noviembre de 2020 y dijo que ya muerta le colocó grilletes en las muñecas como un recuerdo para luego arrojarla en un profundo pozo en donde ya había arrojado a Nohemí el 9 de octubre del mismo año.
«Yo quise que ella tomara un recuerdo mío ya que le gustaban los efectivos policiales», aseveró.
Según Paco Mamani, a Judith le gustaban los policías e incluso conocía a otros agentes, compañeros suyos. Y es en un cuarto encuentro -la noche del 28 de noviembre de 2020- que luego de recogerla en su carro a inmediaciones del hospital Hipólito Unanue la llevó a metros del Bosque Municipal, en donde comenzaron a beber whisky, ron y gaseosa.
Aseguró que estranguló a Judith luego que ella evidenciara saber de sus problemas personales. Dijo que por dos minutos ejerció fuerza en el cuello de la joven y «se hundió todo su cuello como rompiendo huesito, yo no medí mi fuerza», relató.
Los alegatos finales iniciaron desde las 9:00 a. m. de este viernes 17 en sala de audiencias del centro penitenciario de Pocollay con presencia del Juzgado Penal Colegiado de Tacna, conformado por los magistrados Pepe Alvarado, Julver Gonzáles Cáceres y Javier Salazar Flores.
En el caso también está acusada, Diana Apaza Sayritupa exesposa del confeso asesino, a quien se le imputa el delito contra la libertad personal en la modalidad de secuestro agravado con subsecuente muerte y receptación agravada. Mientras que, a los padres del ex policía, Jorge Paco Cabrera y Nancy Mamani Huayhua se les acusa de ser cómplices primarios y alternativamente de feminicidio.
Dijo que al recibir la comparecencia que lo dejara libre el 31 de diciembre de 2020, el 1 de enero de 2021 volvió al pozo ubicado a metros de la casa de sus padres en La Yarada- Los Palos alegando a sus progenitores querer construir un galpón como regalo por lo ocurrido, pero realmente quería iniciar trabajos para cubrir el pozo, para ello solicitó ayuda a su padre confesándole ya en la zona el asesinato, pero su progenitor al saber del hecho lo dejó solo con volquetes de tierra. Luego lo volvió a llamar sin acudir este al lugar, pero sí enviándole más volquetadas de tierra.
Reveló contar con 50 mil soles de un préstamo de los cuales habría usado unos 2 mil a 3 mil soles para las volquetadas de tierra y comprar una comba y otras herramientas para él mismo destruir el anillo de cemento del pozo. Es en este momento del relato que, aseguró que tales bloques que caían al pozo son los que causaron los daños en cráneo de Judith, no siendo que él la golpeó hasta su muerte.
No precisó cómo fugó a Bolivia, pero sí que en abril de 2021 contactó a Yaneth Llerena (La chichera) para que se le una. La referida es una segunda mujer que frecuentaba el expolicía adicional a Judith. La chichera al inicio de la relación era menores de edad, pero al cumplir la mayoría de años terminó haciendo vida familiar con él en el país vecino, incluso quedando embarazada en dicho lugar.
Alega traumas psicológicos y alcoholismo
Previo a su declaración, afirmó tener traumas psicológicos debido a una niñez difícil incluso queriendo suicidarse entre los 11 y 12 años de edad, siendo llevado a terapia psicológica y queriendo luego cambiar su vida ingresando al cuartel, pero «fue peor», lo golpeaban, insultaban y discriminaban. Así, postuló a la PNP, pero – dijo- nada cambió.
De igual forma, mencionó tener problemas con el alcohol y que en cada salida con Nohemí y Judith hubo ingesta de licor que siempre llevaba en su vehículo que era de su suegro.
Antes de iniciar con su versión, volvió a pedir perdón casi llorando. Se dirigió a los padres de Judith y Nohemí afirmando estar arrepentido y saber que será condenado.