(Cortesía CNR).- En su segunda presentación ante el tribunal que procesa a Alberto Fujimori, el general (r) Rodolfo Robles aseguró que el ex mandatario hizo "todo lo posible" por encubrir a los integrantes del destacamento Colina, responsable de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992).
Robles Espinoza fue enfático en afirmar que no había forma de que Fujimori no estuviera enterado de estos hechos, y que por el contrario hizo todo lo posible por encubrir a los criminales directos e intelectuales de ambos asesinatos, que se saldaron con la vida de 25 personas.
"Esperaba que Fujimori iniciara la investigación correspondiente y se castigara a los ejecutores, cómplices, encubridores y autores intelectuales de estos crímenes. Hice una invocación para efectuar una investigación seria y profunda; por ello no puede decir que no sabía nada pues era un hecho que conmocionó al país, y que seguí denunciando a través de varias cartas", subrayó Robles mostrando periódicos de la fecha y revistas de la época que daban cuenta de las mismas.
Lejos de investigar, Fujimori lo calificó de miedoso y chantajista, lo que según el general, demuestra que el ex mandatario estaba al tanto de los crímenes. "Si después de esta denuncia hecha no por cualquier oficial subalterno sino por el tercero en la jerarquía del ejército, Fujimori no investiga y no acepta las recomendaciones que le hice, sino que me insulta y avala panfletos en los que me atacan, todo ello demuestra que hizo todo lo posible por encubrir a los criminales". Al respecto mostró boletines del ejército y folletos donde se le insulta con epítetos de traidor, cobarde, felón "por haber ido contra los principios del ejército".
Como parte de los ataques, el general Robles recordó las declaraciones de Fujimori en el sentido de que "el ejército no era un club de señoritas", con el fin de descalificar sus denuncias; y la resolución que firmó, dándole de baja, copiando los mismos argumentos del acta que firmaron los generales del ejército, en la que lo declaran traidor y piden su expulsión, el 10 de mayo del 1993, el mismo día que se publica la resolución.
El testigo recordó que desde su asilo en Argentina siguió denunciando y advirtiendo sobre las consecuencias que tendría para el ejército, que los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos pasen a la justicia militar, tal como consta en una carta abierta dirigida a Fujimori.
"Ahí le reitero que estos crímenes se cometieron al amparo de su presidencia; que el tiempo y los hallazgos posteriores me han dado la razón, que dije solamente la verdad. Que (el Comandante General del Ejército, Nicolás) Hermoza no puede esconderse sin reconocer su responsabilidad y pido que se incluya a los autores intelectuales y encubridores. Le digo que ya el pueblo lo percibe entre los encubridores de estos hechos, y su actitud alimenta los rumores de que usted ha conocido todos los estos crímenes. Demuestre lo contrario, hágalo porque usted representa a la Nación", le manifestó el general Robles en una misiva enviada el 19 de febrero de 1994, cuando ya se había pasado el caso al fuero militar.
En otro momento explicó que no aceptó el cambio que Hermoza dispuso para enviarlo a la Junta Interamericana de Defensa, a pesar que ello significaba un incremento de sus ingresos como un sueldo de siete mil dólares, más 24 mil dólares de viáticos, entre otras gollerías. "Ello era enviarme al destierro y el precio por mi silencio", remarcó.
De igual manera, dijo que el famoso "paseo de tanques" del 21 y 22 de abril de 1992, fue un acto de intimidación y amedrentamiento por la investigaciones de los congresistas como Henry Pease y Carlos Cuaresma sobre los asesinatos de La Cantuta, efectuados por el grupo Colina.
Explicó que participó en ese acto pues lo contrario habría sido considerado como rebeldía, a pesar que "sentía vergüenza e indignación estar mezclado con estos oficiales que estaban estafando al país con el pretexto de la pacificación".
REVELA COMPROMISO DE FUJIMORI Y HERMOZA CON CRÍMENES DE COLINA
Las declaraciones del general Rodolfo Robles demuestran el compromiso del ex presidente Alberto Fujimori y del ex Comandante General del Ejército, Nicolás Hermoza Ríos, con los crímenes cometidos por el destacamento Colina, afirmó Carlos Rivera, abogado de la parte civil en el proceso al ex jefe de Estado.
Rivera Paz señaló que es importante tomar en cuenta que tras la denuncia del general Robles, Fujimori y Hermoza no solo no la acogen e investigan, sino que se vuelve parte de la política de encubrimiento, empieza a atacar al denunciante y tres días después le da de baja.
"El hecho que el Presidente de la República diga que el ejército no es un club de señoritas porque se hace una denuncia de un crimen tan horrendo como La Cantuta, es un elemento que lo vincula con estos hechos", opinó.
Remarcó además que Robles Espinoza ha presentado abundante información que confirma que Fujimori estuvo enterado de los hechos y que no hizo nada por investigar y sancionar a los responsables.