Gloria Cano, directora ejecutiva de la Asociación Pro Derechos Humanos – Aprodeh dijo no estar de acuerdo con cremar el cuerpo del terrorista Abimael Guzmán y menos que las cenizas de este sean arrojadas al mar.
Abimael Guzmán Reynoso falleció a las 6.40 a.m. de hoy en el Centro de Reclusión de la Base Naval del Callao. Ante el deceso, el exministro del interior, Fernando Rospigliosi, planteó tal propuesta de cremación pues alegó que esto evitará sitios de culto para el genocida. Para Gloria Cano, ocurría todo lo contrario.
“Eso le daría un punto de partida a quienes lo veneran para crear un mártir, que no lo es”, expresó la abogada.
Recordó que el líder de Sendero Luminoso “tiene una familia», Elena Iparraguirre (su esposa, también terrorista) quien si bien cumple cadena perpetua “es la persona que tiene que ser notificada y es ella quien dispone de sus restos” y “negarle ese derecho al familiar es lo mismo que hicieron en el 80 y 90 algunos militares y Fujimori (expresidente), negarle tumbas a gente desaparecida”.
El final de los restos del mayor genocida de la historia peruana debe ser un tema a ser tratado con delicadeza, “hay que generar un protocolo especial, pero no se puede disponer de un cuerpo sin autorización de la familia en este caso su esposa”, reitero.
Destacó que “la democracia es diferente y tiene que sentar bases a los derechos de todos. Si bien el no respetó los derechos a la vida, tranquilidad y a la paz, no podemos caer en los mismos delitos, se tiene que conversar con la familia y ver la mejor manera de disponer estos restos”.
